NORTE Y SUR

El Norte es una latitud donde la climatología es un asco: días cortos, sin sol, y con lluvia. Ello obliga a los habitantes del Norte a pasar la mayor parte del tiempo en el refugio del hogar y del trabajo. Por ello, la gente del Norte es aficionada a la lectura y muy aplicada en el trabajo. No sorprende que los grandes filósofos y científicos, provengan del Norte en abrumadora mayoría.

El Sur es todo lo contrario: climas secos y soleados, que invitan a estar en la calle y celebrando fiestas. A los del Sur no nos agrada la introspección reflexiva, tan necesaria en la filosofía y la ciencia, porque somos extrovertidos, vivimos hacia lo externo, y tendemos a la superficialidad y a la improvisación.

En situaciones normales y de vientos calmados, da la impresión de que el sureño sabe vivir la vida, de que es una raza lista. Mientras que el norteño, todo el día trabajando y enfrascado en dilemas, parece que pierde un tiempo precioso de gozo y felicidad.

Pero resulta que, de pronto, se agitan los vientos y se levanta una terrible tempestad. En el Norte llevan preparándose para la llegada de la tempestad, desde siglos. Por tanto, no les pilla de sorpresa, sino bien pertrechados y guarnecidos. En el Sur, es todo lo contrario, la gente estaba en las terrazas tomando Vermut y bailando. Han descuidado el arreglo de los tejados, y la casa no dispone de víveres para soportar las emergencias.

En el Sur, donde todo era alternar y beber, se encuentran en medio de la tormenta sin protección, porque priorizaron la juerga, al cumplimiento del deber. Entonces, los del Sur, miran hacia el Norte, donde se encuetran bien parapetados y con suministros de sobra, que, responsablemente, han ido acopiando, pues sabían que la tormenta iba a llegar. Y los de Sur, alargan la palma de la mano, y suplican una ayudita, ante el desastre que ha supuesto invertir los recursos en fiestas y juergas, en vez de hacerlo en filosofía, ciencia y previsión.

Los buenos del Norte, naturalmente, llenos de orgullo, acuden a rescatar a los del Sur, que están con el agua al cuello, y las goteras por todas partes.

Menos mal que existe el Norte.

FRAN AUDIJE
Madrid, España 19 de noviembre del 2024

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


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