EXTREMADURA: AMOR Y PROPIEDAD

Es de sobra conocida aquella anécdota, de un asesino de su amada, que, al confesar ante el Juez, declaró haberla matado, “porque era mía”. Debemos agregar a la famosa anécdota que, quien mata o maltrata algo o a alguien, es porque no le pertenece realmente, ya que lo normal es que lo propio se cuide y se trate con mimo.

Hace unos años, durante la presidencia en el Gobierno de España, de Mariano Rajoy Brey, en plena polémica sobre la llegada del Tren de Alta Velocidad a Extremadura, de manera sorpresiva e inesperada, el Ministro de Transportes e Infraestructuras se presentó en la ciudad de Cáceres, y se hizo unas fotos con la entonces alcaldesa de Cáceres, a la que, según declaró en rueda de prensa, había dejado una pequeña subvención. A los pocos días de esta visita del Ministro, apareció en pleno centro de Cáceres, junto a la fuente luminosa, un mástil enorme, con una bandera española de correspondiente tamaño. De todo esto, la deducción que se puede hacer es clara: Extremadura es España, con o sin Tren de Alta Velocidad.

Por otro lado, en mi tierra extremeña, noto una cierta presencia militar, que frecuenta con asiduidad a las distintas autoridades de tan ninguneada región, tras las cuales se difunden fotos y comunicados. También es frecuente, con inusitada costumbre, el desfile de unidades de la Legión, o de otros cuerpos militares emblemáticos. Y mi pregunta es la siguiente: ¿Está tratando de decirnos el Estado español, que Extremadura es España, a pesar de que España demuestra poco aprecio por Extremadura, como evidencia la escasa inversión que se realiza, de cara al desarrollo de una región enorme, pero terriblemente depauperada, y, en expresión coloquial: “Dejada de la mano de Dios”?.

Volvemos al lema del asesino de su amada mujer: “La maté porque era mía”, lema que, parafraseado en el caso extremeño, podría versar lo siguiente: “A Extremadura la maltrato porque es mía”, siendo la explicación a agregar a tan memorable suceso, idéntico en un caso y en otro, pero, también, aplicable a cualquier otro caso análogo: Lo que te pertenece, es amado, y lo que se ama, se trata bien, cuando no lo llenas de fiestas y agasajos. Cuando maltratas o asesinas, o tienes algo o a alguien en el olvido, es porque no lo aprecias en demasía, y lo que no se aprecia, realmente no te pertenece, porque no lo llevas en el corazón.

El amor y el desdén, son dos sentimientos opuestos, que indican el grado de posesión o de propiedad que se tiene sobre las cosas o sobre las personas. Cuando yo amo, es porque siento que el objeto de mi amor, me pertenece, y lo hago mío mediante la pasión que siento por ello. Pasión que me lleva a tratar de vivir mi vida junto a lo amado, es decir, a entregar lo mejor de mi persona, a ese amor. Por el contrario, el desdén o la desidia hacia las cosas o las personas, es una muestra evidente de desprecio o de escaso aprecio, y de poca valoración hacia aquello que se pone en mi camino, o que depende en alguna manera de mi persona. Y, cuando sucede esto, es porque mi título de propiedad me importa poco, o, sencillamente, renuncio al mismo de manera tácita.

FRAN AUDIJE

Madrid, España 21 de noviembre del 2024

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