JOEL ORTEGA JUÁREZ
Ciudad de México 11 de diciembre del 2024
Aunque el término mismo está cuestionado, todavía se usa. En el caso mexicano la cosa se complica más, porque la llamada Cuarta Transformación es considerada por millones de sus votantes como izquierda, el grupo gobernante también se auto considera así y también las derechas o muchos de sus opositores los acusan de ser la izquierda.
En muchos aspectos la Cuarta transformación es neoliberal y también reaccionaria y de derecha, menciono algunos elementos de su política derechista: militarización ,rechazo a realizar una reforma fiscal progresiva, persecución criminal a los migrantes obedeciendo a los gringos, corrupción sin límite casos Bartlett, Jiménez Espriú, contratos sin concurso, Segalmex, el clan de los hijos de AMLO, factureros, centenares de casos, amurallamiento de Palacio Nacional contra feministas, buscadoras, campesinos, estudiantes, masacres y ejecuciones del conjunto de las fuerzas armadas contra civiles, cerco a los Caracoles y comunidades del EZLN, chantaje de Saldívar a jueces para votar resoluciones favorables al gobierno y vetar las contrarias, purga en prensa escrita, radioy tv a los críticos del gobierno y entrega de la tv pública a sus lisonjeros y una serie de atropellos y eliminación de estructuras autónomas para dejarlas en manos del gobierno. Hay otros elementos derechistas de su política, ahora no los menciono.
Ante todo eso, la izquierda enchufada mira para otro lado y justifica toda la política oficial.
Las izquierdas no enchufadas deambulan sin rumbo y dispersas, aunque haya varios movimientos masivos en los que actúa o influye: feministas, ambientalistas, sindicalistas autónomos, estudiantes en muchas universidades, normales rurales, en campesinos despojados, comunidades indígenas , zapatistas del EZLN, la gran fuerza histórica de masas de la CNTE, trabajadores del poder judicial y estudiantes de derecho en plantones y huelgas, padres de niños con cáncer sin atención en riesgo de muerte; además decenas de pequeños partidos comunistas , maoístas, estalinistas trotskistas, marxistas revolucionarios, algunos pequeños grupos armados como el EPR , centenares de publicaciones impresas y miles de portales, chats, zooms y otros medios del mundo del internet.
Todo ese universo no tiene una postura común ante el gobierno de la Cuarta Transformación y muchos siguen siendo devotos de las dictaduras de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Siria, Irán y por reacción antiyanqui apoyan la invasión rusa de Putin a Ucrania, apoyan acríticamente a los grupos musulmanes.
Con un discurso anacrónico, narrativa como dicen ahora los “académicos”, que no asume lo ocurrido desde la segunda mitad del Siglo XX a este primer cuarto del Siglo XXI, la labor práctica y teórica se convierte en testimonio y por más radical que sea su fraseo es inocuo y hasta cómplice, en ocasiones, de los poderosos. Con esa praxis no lograrán atraer a ninguna fuerza social, política, de género o étnica que compita on la derecha disfrazada de la Cuarta Transformación o de la derecha abiertamente anticomunista como la que alienta Ricardo Salinas Pliego.
Algunos, en el mejor de los casos, como la CNTE, gestionan espacios muy atrapados en la estrategia del Estado o de los gobiernos en turno, entonces una fuerza de masas con una continuidad de lucha de más de cuarenta años , no consigue trascender esos torneos de disputas muy específicas con el aparato estatal.
Sin el menor ánimo de descalificar a nadie, menos a un movimiento histórico de masas como la CNTE o a uno tan singular, creativo, audaz y de aportaciones insólitas como el EZLN, en la medida que no consigan darle a sus fuerzas una proyección política de disputa con la casta hegemónica, su aportación quedará en los márgenes .
Si las fuerzas autónomas de esas izquierdas, mencionadas renglones atrás, no construyen un bloque político y orgánico, los eternos gestores palaciegos podrán desvirtuar la lucha de resistencia en una disputa al interior de los aparatos.
No es hora de restituir los roles de viejos modelos de suplantación de los movimientos por supuestas vanguardias o “partidos de clase” .
La labor teórica de los intelectuales, dentro y fuera de ls universidades, hoy más que nunca es de gran importancia. Por fortuna siempre he tenido un gran respeto por los intelectuales, nunca me pareció correcta la práctica de denostar su labor y fomentar el anti intelectualismo.
No tengo claro como se procesará en nuestros días, lo que antes se le atribuía al partido en su sentido histórico, pero sin esa función de intelectual orgánico y colectivo las luchas tienen el riesgo de dar vueltas alrededor de la noria.
Prefiero seguir apostando a la gestación de movimientos de masas autónomos como el movimiento libertario del 68 a nivel mundial.
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa
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