Por: Atilio Alberto Peralta Merino

Ciudad de Puebla, Puebla, 19 de diciembre del 2024

El 8 de mayo de 2010 fue asesinado Edgar Guzmán López, en ese año , la tradicional celebración del día de las “madres”- tradicional desde que fuera promovido en 1937 por periodista Alducín del diario “Excelsior”- tuvo que llevarse a cabo en medio de una denodada escasez de arreglos florales, ya que en su mayoría fueron enviadas por dolientes cercanos al padre del abatido al sepelio efectuado en la ciudad de Culiacán.

Los reproches e incriminaciones derivaron en la ruptura de relaciones tanto amistosas como comerciales, otrora tan cercanas, entre el doliente padre del occiso y socios añejos y por demás parientes de aquel.

Hoy, tras el incidente que cobrara la vida de Alexis Valderrain Con, nos informan que los hijos de aquellos que se enemistaron hace catorce años han sellado una alianza, al decir de los despachos informativos la alianza deriva del hecho de encontrarse confrontados con los residuos de la organización que tenía a su cargo el hombre que quién coordinado las actividades de de sus padres durante muchos años, y que, incluso siguió siendo “correa de transmisión” entre ellos, después del señero “día de las madres” del 2010.

El gobierno de la República ha sostenido que las autoridades estadounidenses habrían secuestrado en territorio nacional a aquel hombre que en su tiempo se colocó por encima de los padres que se distanciaron hace catorce años, y tal secuestro habría propiciado ahora un acercamiento de los hijos.

“Lo que con los padres hagas, con los hijos lo pagarás”, dicen las “Sagradas Escrituras”, al parecer desmentidas en los días que corren, al menos en las calles de Culiacán, a menos que, claro está , podamos encontrar una explicación a un encuentro cuyos antecedentes hicieran parecer de imposible realización.

¿Los secuestradores de quién fuera el valedor de sus padres, han reconciliado a los hijos, y los enfrentan a la autoridad que les ha reprochado el haber llevado a cabo dicho secuestro? O bien ¿los despachos informativos que hoy circulan son una enorme “paparrucha”? ¿alguna explicación habrá que encontrar, digo yo, a una transformación observable en los encuentros y desencuentros entre grupos, que tienen entre sus características la de haber hundido todo nuestro entorno en un mar de sangre en los últimos catorce años?
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