PATRIOTISMO OPERATIVO

De manera clásica, consideramos patriotas a todos aquellos que hacen ostentación de los símbolos nacionales, a los que vociferan hasta la extenuación en los partidos de la selección deportiva, o a los que sacan pecho defendiendo a su país contra viento y marea.

Me temo que este tipo de patriotismo, no es que esté mal, o haya que criticarlo, pero resulta prácticamente inútil, si no lo acompaño de gestos cotidianos que sean realmente operativos para la patria. Resulta mucho más enriquecedor y constructivo, demostrar mi amor por la nación, por ejemplo, esforzándome en el trabajo por hacer una buena labor, incluso con abnegación, pero siempre con honradez.

Las naciones no son sus delimitaciones geográficas, ni es su Ejército, ni son los equipos de competición internacional, tampoco los símbolos del Estado, de manera escueta y aislada. Las naciones vienen compuestas, mucho más realmente, por cada uno de los ciudadanos, y por las aportaciones que hacen dichos elementos conformadores del pueblo, de cara al engrandecimiento y la prosperidad nacionales.

Existe una creencia bastante extendida, de que una nación es más importante, de acuerdo a la extensión territorial que la componga. Pero tal apreciación tan generalizada, no es tan cierta como pudiera parecer. La situación geográfica y la riqueza que entrañe el territorio, nunca será desdeñable, por supuesto, pero esto, sin la capacidad del pueblo para aprovechar tales ventajas geográficas y territoriales, de poco sirve para que nuestra nación sea grande e importante dentro del contexto mundial.

Ahí está uno de los paises más pequeños del mundo, desde el punto de vista territorial, además con una inmensa parte de su terreno anegada por el agua, como es el caso de Holanda, la cual, sin embargo, es una de las grandes potencias de la Unión Europea, y a nivel mundial. Por otro lado, conocemos infinidad de paises, con situaciones geográficas envidiables, y una ingente cantidad de recursos naturales, pero sumidos en un subdesarrollo asombroso.

Aquellas naciones con un bagaje cultural apreciable, y añeja historia, suelen presentar un apogeo de prosperidad, y de influencia internacional, que las convierte en lo que conocemos como «potencias». Y todo tiene su explicación: la riqueza cultural es síntoma de un pueblo educado y respetuoso consigo mismo, y hacia los demás. Las naciones de rico patrimonio cultural, suelen ser lugares donde cunde la honradez, y donde los ciudadanos llevan una fructífera convivencia fraterna, pero existen notables excepciones, como confirmación de la regla general.

No cabe duda de que hay factores accidentales, que condicionan la cultura y la idiosincrasia de los pueblos, aun presentando una apreciable riqueza: la propia situación geográfica o la meteorología, costituyen factores de enorme importancia, a la hora de un patriotismo operativo, porque no es lo mismo amar a tu país en una nación tropical, que en una nación de clima frío y lluvioso. Está comprobado que, aquellos territorios donde el tiempo es un horror, son más prósperos y avanzados, que aquellos otros donde la climatología es un gusto y un placer.

Volvemos sobre el factor personal y activo, del patriotismo, determinante a la hora de que el servicio que brindamos a la patria, sea más o menos aprovechable, de cara a que nuestros paises sean lo grandes e importantes, que todo patriota desea y busca con el corazón. No basta desearlo, sino que es necesaria una convivencia fraterna, y una generalizada capacidad grande de trabajo y de esfuerzo.

FRAN AUDIJE

Madrid,España,24 de diciembre del 2024
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


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