RUTA 60, UN CAMINO POR LA LIBERTAD


JOEL ORTEGA JUÁREZ
Ciudad de México 8 de enero del 2024
Desde el primer carro familiar, un Ford 49 el primero de la posguerra hasta el Sandero Renault 2013 que vendí esta semana, son sesenta años.
El mundo, el continente, el país y la ciudad sufrieron metamorfosis de todo tipo.
En 1964 el mundo vivía la guerra fría, entre el ¨mundo libre¨ y el ¨campo socialista”. La carrera espacial estaba en su apogeo. El rock and roll vivía su época clásica con Ricardito, Bill Halley, Elvis Presley, pero en el hit parade ya estaban los Rolling stones, los Beach Boys, los Herman’s Hermits , The supremes y se asomaban Los Beattles. En México eran los “covers” de Presley y Paul Anka interpretados por Los Teen Tops, Los Black Jeans, Los Rebeldes del Rock, Los Hooligans ¸ Los Sinners , Angélica María, Julissa y decenas más de “rebecos”.
Apenas habían transcurrido unos meses de la Crisis de Octubre, cuando el mundo estuvo a punto de la guerra nuclear, Fidel Castro arengaba a sus huestes que gritaban : Nikita, Nikita Mariquita lo que se da no se quita, por que Jrushov retiró los misiles nucleares de Cuba, con una gran malicia porque obligó a los gringos a pactar no invadir la Isla, lo que se cumplió hasta la fecha, con una estación intermedia la recepción a OBAMA como héroe en La Habana el 20 de marzo de 2016. Ni la genialidad de Fidel lo previó, aunque en cierta medida lo dijo socarronamente cuando afirmó : Me moriré cuando haya un Papa Argentino y un presidente negro en los Estados Unidos y así ocurrió Fidel Castro murió el 25 de noviembre de ese año, cuando los Rolling Stone dieron un concierto ante cientos de miles en EL ESTADIO LATINOAMERICANO, EL LATINO , como nos narra Leonado Padura en su libro IR A LA HABANA recién publicado.
En mi zepelín, Ford 49 escapamos del ejército el 27 de agosto , huyendo de los tanques Miguel Eduardo Valle El Búho y otros cuates. También en ese mismo carro fuimos escoltados por una patrulla de la Glorieta de Los Hongos a Arquitectura en Ciudad Universitaria, cuando cometí una infracción y en lugar de detenernos las patrullas nos “escoltaron”. Cosas maravillosas ocurridas en una ciudad tomada por los estudiantes en plena fiesta libertaria, hasta que nos dieron un hachazo en la espalda para poner fin a nuestra carrera, en la matanza de Tlatelolco cometida por el Ejército, bajo el mando del presidente Gustavo Díaz Ordaz. Ese día no llevé el Ford 49, fuimos a Tlateloco en Fiat de mi hermano Carlos, desde la casa de mis padres, junto con él mi otro hermano César y yo.
Después del 10 de junio anduvimos en la “clande” por el Poza Rica, Ppantal Gutérrez Zamora y otras partes del norte de Veracruz, Jesús Sandoval, Víctor Barbosa Ponce El Lobo y otros cuadernos de la JC.
En 1974 compré mi primer carro, un vochito en 23 mil pesos que ganamos en una demanda a la empresa que publicaba Deporte Ilustra do y Cine Avance donde nos corrieron a varios reporteros y redactores, incluyendo a su director por el “delito” de publicar una portada con Enrique Borja vestido como cosáco y una chapca rusa. Sobre todo fue por denunciar la desmedida preencia del ejército en la Tercer Semana de los Juegos Preolímpicos.
Ese vocho naranja se lo vendí a Gustavo Hirales.
Me compré en 1979 primer Renault, con el anduve todo el procesi de creación del sindicalismo universitario, el movimiento de la Tendencia democrática de Rafel Galván y Arturo Whaley con la última resistencia al “neoliberalismo” por medio del FENAP, Frente Nacional de Acción Popular que llegó a agrupar a mas de 20 secciones del Sindicato Minero, varios sindicatos automotrices y refresqueros como Pascual.
Después compré un R-18 cuando regresó al Renault a México. En ese carrito fino y latoso con sus sistema de enfriamiento me moví durante la “lucha interna en el PCM” , como parte de los renos , “renovadores” contra los Dinos, Dinosaurios, con el candir de querer democratizar un partido comunista, eliminar la dictadura del proletariado, construir un partido sin ideología marxista-lenninista y otras “veleidades” “pequeñp burguesas”.
Cuando anduve en campaña por Cuauhtémoc Cárdenas para sacar al PRI de los Pinos , no tenía carro, ni tampoco cuando apoyé a Vicente Fox con el mismo objetivo. Ni siquiera tenía celular. Concha Lupe mi única amiga panista me compró uno.
En el siglo XXI tuve otros dos Renault, uno se desvíelo en Tierra Colorada y con otro me estrellé en el puente bajo de periférico a punto de llegar a mi casa, fue pérdida total y en 2013 con la lana que me dieron al despedirme de la UNAM, compré el Sandero que vendí, porque no debo seguir exponiendo a la gente, puesto que el 3 de marzo inició el año 80 de mi vida.

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


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