LA PREOCUPANTE DEUDA PÚBLICA DE ESPAÑA

Los medios de comunicación, en general, daban la noticia a bombo y platillo, de la reducción de la deuda exterior de España, a niveles de hace 20 años. Sin embargo, y aunque es cierto que los ingresos públicos han subido, en relación a los últimos tiempos, debemos continuar insistiendo en que los gastos públicos se han disparado muy por encima de dichos ingresos. En otras palabras: que el sector público español, gasta bastante más de lo que ingresa, ocupando los primeros puestos de la Unión Europea, en cuanto a gasto público, pero a una diferencia muy apreciable del resto de naciones de la Unión, que están reduciendo este gasto, o bien lo moderan.

Por otro lado, al subir el tipo de interés en la Eurozona, cuando España quiere reducir su monstruosa deuda, se ve obligada a pagar aún más. El resultado es que se están subiendo los impuestos, a particulares y empresas, en lugar de seguir las pautas dadas desde Bruselas, de moderación y descenso del gasto público.

La subida de impuestos, reduce el déficit, pero impide que las empresas aumenten sus inversiones, de manera que expandan su crecimiento. Lo mismo ocurre con los particulares, al sostener una presión fiscal mayor: reducen el gasto. Por tanto, la economía española crece con dificultad, o se estanca.

La receta adecuada, indica que se deben bajar los impuestos, para que el sector privado pueda crecer, y el gasto público debería descender, igualmente, realizando una política del gasto público más inteligente, y, al mismo tiempo, marcada por la honradez.

La deuda pública española, no para de subir cada minuto, y ello nos debería preocupar, porque podría significar la ruina de nuestra sociedad, en el momento que la coyuntura económico-política mundial, vuelva a entrar en crisis. De suceder esto, es probable que España se vea obligada a solicitar la condonación de esta deuda descontrolada, como ha ocurrido en otras ocasiones. Pero nadie, en la escena internacional, regala su dinero a cambio de nada. Nos preguntamos, entonces, qué será lo que nuestros acreedores nos van a exigir a cambio de esta condonación. La respuesta es de una seguridad lógica: España deberá obedecer directrices ajenas, aunque no nos guste. En otras palabras: vamos a perder soberanía.

FRAN AUDIJE
Madrid,España,19 de enero del 2025.
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


Descubre más desde REVISTA UNIDAD PARLAMENTARIA

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja un comentario