CAZAR MOSCAS CON LA MIEL

¿Se imaginan, amables lectores, a alguien tratando de matar moscas a cañonazos?. En cambio, parece que la mosca es un insecto, molesto y hasta repugnante, que gusta de las sustancias dulces, como la miel. Y, la miel, es un fluido viscoso, cuyas patitas de estos animalitos, se quedan pegadas al posarse en él, tentadas por su atractivo aroma agradable.

Debe ser una muerte maravillosa la de la mosca, mientras se nutre de la dulce miel, de donde ya nunca volverá a emprender el vuelo, puesto que sus patitas se quedaron bloqueadas en esta sustancia, que es una trampa inmejorable: silenciosa, atractiva, dulce… pero la mosca no vuelve a molestarnos, mientras fenece lentamente, literalmente pegada al dulzor placentero de su astuto cepo.

Recuerdo las palabras de un hombre sabio, además de Showman, como fuera Charles Chaplin: “Cuando queremos hacer daño, utilizamos el poder, de lo contrario, el amor es suficiente para conseguir cualquier otra cosa”. Y también vienen al caso las sugerencias profesionales de un gran filósofo y psiquiatra, como fuera Sigmund Freud: “No existe remedio más eficaz, ante una situación conflictiva de sufrimiento, que unas pocas palabras amables y cariñosas de aliento”.

En los anales de la cinematografía, quedó para siempre la bendición de aquella obra maestra, como fue “La Misión”, de Roland Joffé. Obra que retrata el testimonio del legado espiritual de los jesuitas, y del esfuerzo cristiano, en general, de evangelización de América. Como vemos en el film, los religiosos católicos, no solo transmitieron la fe en el Señor Jesucristo, a los nativos de todo el Continente americano, sino que, además, actuaban de escudo frente a ciertos abusos de poder, como el que se retrata en esta hermosa película, por otro lado, tan llena de espiritualidad y de humanidad, en grave contraste con la maldad, que pueden alcanzar las mundanas ambiciones de los poderosos.

Es curioso, por otro lado, el análisis que hace “La Misión”, del carácter del gobernador español, en contraste con el portugués, y que no es algo dejado al azar, sino buscado conscientemente: el gobernador español es un miserable sin escrúpulos humanos, cuyo carácter manifiesta claramente lo cruel de su brutalidad. El gobernador portugués, se iguala al español, en la miseria de su carencia de humanidad, pero, en cambio, posee un carácter afable, que disimula su maldad, ante una situación en la que ambos gobernadores pretenden sacar un partido, que no depende de ellos, como se ve en el largometraje.

Para infortunio del bien cristiano, pretendido por los padres jesuitas, con su obra y su defensa de los más débiles, la afabilidad engañosa de los portugueses, consigue llevarse el gato al agua, y los indígenas protagonistas de “La Misión”, son expulsados de su hogar territorial, tras forzar una decisión superior de la Iglesia, con toda la maldad, pero con plena simpatía, una sonrisa, y palabras llenas de amabilidad. Una vez más, la miel en escena, con su engañoso atractivo, que logra dejarnos conformes, aun a sabiendas de que salimos perjudicados.

FRAN AUDIJE

FRAN AUDIJE
Madrid, España, 7 de febrero del 2025
Fotografía Fotografía Warner Bros. Pictures.

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa

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