Con la actuación de dos colosos de los ruedos
El español Antonio Ferrera y el venezolano Manolo Muñoz, pulsarán el futuro de la fiesta brava en Venezuela.
En rejones va la maxima figura nacional José Luis Rodríguez.
Segunda Corrida del Carnaval Taurino de América: domingo 02 de marzo de 2025.
Por Isrrael Sotillo
Maracay/ Valencia, 20 de febrero de 2025.
Ferrera abre el abanico de sus dedos en Mérida.
Antonio Ferrera tiene con Venezuela una empatía, algo especial, ya que su nombre siempre aparece como una alternativa de peso a la hora de confeccionar los carteles de las ferias más importantes de nuestro país. ¿Cuándo, dónde? “Yo mismo soy”. “Allá voy”. Torero de fuerte personalidad y compromiso en cada una de las suertes de la lidia; creativo y talentoso para sacar faenas de enorme temple y fondo, de máximo partido a sus oponentes.
La solera del extremeño, es su carta de presentación. Como los buenos vinos, Ferrera tiene historia, fundamento, antigüedad, experiencia, algo confirmado por el paso del tiempo. En pocas palabras, su jerarquía torera va a la par de su veteranía adquirida, de allí la calidad torera que atesora. La variedad, el histrionismo y el personal estilo de Antonio Ferrera, impactan en los tendidos; como torero heterodoxo que es, siempre deja ver facetas espectaculares con su toreo fino basado en dogmas. Dibuja a su antojo derechazos y naturales en redondo, esa es la base de la estructura de sus faenas en las distintas plazas donde torea. Son faenas para defender la libertad de la tauromaquia. Mérida quiere verlo inspirado, quiere verlo artista y entregado totalmente ante el Pico Bolívar…. Torero imprevisible en la plaza, posee un particular estilo de ejecutar la suerte suprema desde distancias considerables.
“Cuando uno tiene inquietudes, la creatividad sigue viva”, se le ha oído decir a Antonio Ferrera, ya con 28 años de alternativa. Eso significa que la plenitud sigue siendo esquiva. La longevidad en el toreo es algo que no deja de sorprender. El esfuerzo de jugarse la vida delante de un toro un día sí y al otro también hace que el desgaste se mida en la capacidad de resistencia de cada torero y, por supuesto, en los sacrificios que es capaz de hacer por mantenerse en activo, como es el caso del matador Antonio Ferrera, quien ya casi ha perdido la cuenta de las cornadas y los percances sufridos y, durante toda su trayectoria, ha hecho gala de una amplia gama de conceptos a la hora de torear según qué tipo de toros le correspondan. Todo esto se multiplica. Para muchos es un verdadero maestro, otros lo tildan de histriónico, pero lo que está claro es que no deja indiferente a nadie y que, aun siendo uno de los veteranos del mundo taurino, su nombre sigue atrayendo y generando curiosidad entre los aficionados. Precisamente, su actividad habla de una búsqueda, de que todavía tiene algo que expresar, que decir. Por eso en la plaza se le ve liberado, sin la presión de esa búsqueda o de la competencia por la competencia. Eso es lo que da la experiencia. Son muchos los años en la profesión, y sigue teniendo la misma curiosidad, aunque, como se ve, siente la presión de otra manera. “No es que no la sienta, pero es verdad que ya no lo condiciono”, así lo expresa. Al menos, no para mal. Es decir, si no sintiera ese cosquilleo a la hora de hacer el paseíllo o el miedo antes de que salga cada toro, le habría perdido el respeto a esto. Pero es que ya lo conoce. “Quizás, lo que diferencia a los toreros de otras personas es que conocemos el miedo, sabemos cómo funciona, convivimos con él”, afirma Ferrera. “Y, cuando aprendes a hacer eso, entonces sí te sientes un poco más libre”. El problema es que hay muchos miedos, al toro, al público, al fracaso, a la muerte, a la vida… y aunque es lo mismo, se manifiestan de forma diferente y hay que lidiar con eso.
“Pero sólo he querido ser fiel a mí mismo”. Se confiesa el torero. “Creo que todo es fruto de la evolución. En una primera etapa de formación uno absorbe todo lo que puede de lo que han hecho otros para aprender, pero lo que sale es más instintivo. Luego hay un crecimiento, fruto del conocimiento y, finalmente, tu curiosidad te hace profundizar en aquello que te interesa. Es cuando la curiosidad se nutre de la creatividad”. Ahora se le aprecia por su capacidad innovadora y, al mismo tiempo, de recrear suertes caídas en desuso. ¿Contradictorio? No señor. Antonio Ferrera, el de Baleares, piensa que se puede ser todo esto y tener coherencia. “En mi caso, creo que en el ruedo simplemente intento que todo tenga un hilo conductor”. “La lidia de un toro en la plaza está llena de momentos imprevisibles y eso es algo que no se puede perder, aunque pareciera que cada vez se quiere uniformar todo cada vez más y, curiosamente, a través de varios reglamentos, tan distintos unos de otros”.
«Expresarme con sinceridad, porque en el ruedo desnudamos nuestra alma y eso es, en definitiva, lo que un artista intenta transmitir. Además, es un privilegio poder hacerlo, poder sentir ese contacto con el público. Por eso sigo. Por eso sigo». Y la fiesta sigue, continúa en Mérida.
Vuelta a la Patria.
Manolo Muñoz anda con un sí, que ya se parece al propio siroco, al viento cálido y seco del Sahara, el mismo que sopla de sur a norte, desde África hacia Europa; pero en verdad, más se parece al viento Zonda, esa corriente de aire suramericano que choca iracunda contra El Aconcagua, cuando se desplaza con fuerza por los riscos de la Cordillera de los Andes, cuando Viracocha, el creador de todas las cosas, suelta su vozarrón y el eco de su voz se propaga ligero por las empinadas montañas de los cóndores; y es que el torero venezolano Manolo Muñoz, anda por estos días deseoso de alzar el vuelo, lo más antes posible, para moverse desde Lima hasta Mérida, para decir presente y lidiar la segunda corrida de toros que está anunciada para realizarse en el marco del afamado y colorido Carnaval Taurino de América; lo que no deja de ser un auténtico desafío para él, un duelo de matadores entre el torero carabobeño y el español Antonio Ferrera, quienes correrán y lidiarán las reses venezolanas de Rancho Grande y de San Antonio en una tarde que promete emociones.
Para Manolo Muñoz, lidiar toros en Mérida puede verse como un ascenso en su carrera como matador de toros que lo elevan moral y profesionalmente. El torero valenciano regresa al país después de haber transcurrido unos trece años, más o menos, sin torear en alguna plaza de toros venezolana. Vuelta a la patria, Manolo. Los toreros necesitan la luz del trópico en la espada para ver que la luz de las ocho estrellas sí vale la pena y que la fiesta taurina no es vanidad, porque enfrentarse a un toro bravo, imagen natural del combatiente y símbolo permanente del poder, es el sueño eterno del hombre. Caballerosidad y dignidad, conducta fiel y respeto al ministerio que cumple y que lo elevan en su condición humana, en su condición de ser torero.
Manolo Muñoz, quien, primero que nada, pone por delante su ética antes y después de combatir en buena lid con la sangre y la casta de los toros, poniendo de manifiesto el dominio de sí mismo, el dominio de su cuerpo, y de igual manera, el dominio de las reacciones instintivas… pero que también de las emociones incontroladas frente a los animales de bravas turbulencias.
En el Perú, Manolo Muñoz, ha tenido una preparación tremenda, en el 2024 paseó 30 trofeos en treinta corridas del año par, y él es el torero nacido en otras tierras que más torea en el «Imperio de los Incas». Allí ha triunfado en cuanta feria se organiza bajando y subiendo desde Trujillo hasta Arequipa… y eso ha hecho que se haya ganado el afecto, la admiración y el respeto de los pueblos peruanos; igualmente de la numerosa afición taurina elevada en la figura de César Vallejo, y que es una gran cofradía de taurinas y taurinos, de las de mayor arraigo en el continente americano.
Manolo Muñoz está conteste de que toda gira y cambia, de que todo permanece. Cada actuación suya como torero, supone lealtad para con el adversario, el toro bravo, y total sinceridad en relación con su propio compromiso, tanto físico como moral.
En la Tauromaquia lo raro y hermoso es tocar la meta; lo fácil y vulgar es fallar. A la vida ya no le quedan ropas para salir a la calle, por eso unas veces se viste de luces, de oro, de plata y de azabache, para dar vueltas y vueltas en el ruedo; pero sobre todo para que vuelva a nacer de muy adentro de nosotros la vida. Firme sobre sus pies, Manolo Muñoz, cultiva el toreo tremendista, basado en la espectacularidad del riesgo, nada de inocencias; él sabe que el albero está lleno de advertencias; lo sabe por ser uno de los hijos más avezados de Bernardo Valencia, el último macalacachimba de la fiesta brava de Venezuela. Manolo Muñoz domina los tres tercios de la lidia, pero además respira hondo los pases de la muleta y comparte sin ningún prejuicio con el público la elegancia sublime del toreo.
En las corridas de toros el tiempo se hace azúcar, son una profunda fuente de misterio, por eso los toreros para esquivar la muerte regresan al punto de partida, a los huesos que el sol ama. En Mérida, la fiesta será para el buen ojo. Seguro. No habrá tregua entre Manolo Muñoz y Antonio Ferrera, ambos toreros de mando en los tres tercios. ¡Anótenlo! Porque mientras llega el 02 de marzo, la tregua será de vino y café.
¡Ahí va Manolo Muñoz!, ahí va rumbo a Mérida, va caminando por la corriente de la vida, abriendo ancho su capote, levantando en alto las banderillas, citando con la muleta desplegada a los cuatro vientos y apuntando con la espada a la cruz del morrillo. Me cuesta tanto olvidarte cantaba Mecano, pero esa es la Cruz de Navajas. Ahí va Manolo Muñoz, brazo a brazo, codo a codo; va camino al paseíllo en la arena emeritense de la plaza Román Eduardo Sandia.
Ya en lo alto del cielo azul de Glorias Patrias se ven las cinco águilas blancas atentas de tu ejecutoria torera, muchacho… la que seguramente se alimentará con el sonido de los aplausos de las lindas mujeres merideñas. Los minutos del ditirambo taurino han llegado, Manolo.
¡Buena suerte, Matador!
Sinfonía de movimientos y emociones.
No son muchos, pero son. José Luis Rodríguez es hoy por hoy la máxima figura del rejoneo en Venezuela. Destaca por su elegancia y destreza derivadas en línea directa de la doma y de la equitación, y muy propias de las corridas de rejones, del toreo de a caballo. Rodríguez coordina de manera impecable su figura de jinete con el manejo de su corcel, maniobra los riesgos, los quiebros de sus percherones de manera impresionante en cada acto de la lidia. Además, tiene prestancia en la utilización de las lanzas y el rejón de muerte, él ha adquirido un profundo entendimiento con los toros de lidia. Su maestría y elegancia son de una belleza extraordinaria, por lo demás, admirable. Eso es la tauromaquia diversidad y riqueza. Listo. Sobre la arena de Mérida, mi caballo. Sobre mi caballo, la jaca de montar… sobre la jaca de montar, yo. Y sobre mí mismo, el tricornio con penachos… y sobre el tricornio con penachos, la brisa fresca del cielo merideño: José Luis Rodríguez, rejoneador, quien alternará en esta corrida mixta del Carnaval Taurino de América junto con Antonio Ferrera y Manolo Muñoz… Lidiará los toros de Carora, de la ganadería de los Aránguez, toros de capa negra y muy bravos, por cierto.
CARNAVAL TAURINO DE AMÉRICA 2025.
MÉRIDA/ VENEZUELA.
CARTEL.
Domingo, 02 de marzo de 2025. Toros de la ganadería venezolana San Antonio para:
JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ.
ANTONIO FERRERA.
MANOLO MUÑOZ.
CORTESÍA DE CABALGATA TAURINA.
Enlaces de la Estación de Radio.
cabalgatataurinadepo.radio12345.com
cabalgatataurinadepo.radiostream321.com
Con transmisiones puntuales. Las escuchas solamente a través de esos enlaces.
MÉRIDA, EL CARNAVAL TAURINO DE AMÉRICA (01/ 02/ 03 de marzo, 2025). Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa
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