Hace un tiempito, mientras se confeccionaba la Constitución de la Unión Europea, los políticos sobresalientes de tal ente supranacional de Estados europeos, declararon que renunciaban a hacer constar en la Carta Magna de la nueva Europa, las raíces tan arraigadas del Viejo Continente, como son las raíces cristianas.
Esto, a pesar de que Europa ha sido la principal evangelizadora del cristianismo, y la principal difusora de la cultura cristiana, en la que se basó la Revolución Francesa, la cual supuso, realmente, una toma de conciencia sobre el humanismo cristiano, corrompido y tergiversado con el paso de los siglos.
Esta negación de la Unión Europea, a reconocer su genésis y su propia cultura, ya nos daba muy mala impresión entonces, y muy pocos alcanzaron a vislumbrar las consecuencias de tal decisión, para nada improvisada, sino que, como comprobamos ahora, obedecía a un proyecto bien calculado.
El tal proyecto ha comenzado a dar la cara, y debemos afirmar que se basa en una explotación de la detestable corrupción política, la cual, incluso, se ha protegido solapadamente, con intenciones de utilizarla de excusa para, incentivándola aún más, apoyarse en el desprecio de la legalidad, como trampolín a un Golpe de Estado discreto, que devolviera a Europa a una especie de tiranía, donde se recortaran gran parte de los avances en derechos y libertad, luchados con tanto esfuerzo y entrega de vidas.
Lo vemos claramente en la política acaparadora de poder, y carente de ética ni escrúpulos, del actual régimen sanchista en España, el cual trata de afianzarse bajo el apoyo de las Instituciones europeas, donde un dudoso personaje moderado, como es Ursula Von der Leyen, lidera el apoyo político y económico, a la canalla político-social, que se está desplegando en España.
El arribo del nuevo presidente estadounidense, Donal Trump, dispuesto a denunciar esta degradación de la democracia en Europa, y a dejar sin apoyo a la Unión Europea, podría suscitar una reflexión interna en Europa, que resulte en toma de conciencia, y en una marcha atrás en cuanto al proceso de decadencia controlada, en la política democrática europea.
FRAN AUDIJE Madrid, España, 21 de febrero del 2025 Fotografía Facebook Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa
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