Este miércoles de finales de febrero, tuve la gran oportunidad de asistir a la Conferencia que el mediático General de División, Rafael Dávila, ya retirado, impartió en el Club Mirasierra de Madrid, dentro del marco de las reuniones periódicas de los socios y simpatizantes de la Universidad Libre de Villanueva de los Infantes, Santo Tomás de Villanueva.
D. Rafael Dávila, es autor de una reciente obra sobre el General Franco, publicada por la editorial Esfera de los Libros, titulada: “La segunda Guerra Civil de Franco”, y su distendida disertación, versó sobre los temas que giran alrededor de este último libro suyo, que basa en documentación de la época, y en la propia experiencia de haber sido testigo directo de algunos de los hechos que describe, puesto que D. Rafael es nieto, a su vez, de otro gran militar español, como fue el General Fidel Dávila, uno de los protagonistas de la Guerra Civil española (1936-39), por parte del bando Nacional, sucesor del General Mola en el Ejército Nacional del Norte, donde tuvo una destacada actuación, así como una decisiva intervención, para que Franco fuera nombrado Jefe del Ejército, y Jefe del Estado, al mismo tiempo.
D. Rafael, mostrando un talante amistoso y tolerante, puesto que le interrumpimos en diversas ocasiones, deseosos de aclarar o apuntar determinados extremos que nos ofrecían dudas, señaló los malabarismos políticos a los que se vio obligado Franco, debido a constantes conspiraciones por el poder que se sucedían en su Gobierno, y que solo gracias al efectivo servicio de inteligencia, y, cómo no, a su habilidad de gallego astuto, consiguió paliar y amainar, hasta lograr que las aguas se calmaran.
Se refirió el General Rafael Dávila, a diversos hechos de la Segunda Guerra Mundial, en los que Franco demostró idéntica astucia y saber hacer, como el encuentro de Hendaya, con Adolf Hitler, o las negociaciones con D. Juan de Borbón, para la sucesión del futuro rey, D. Juan Carlos I. Reconoció nuestro General que, la suerte también se alió con Franco, en determinados momentos, como al finalizar la tremenda conflagración de la Segunda Guerra Mundial, cuando los aliados decidieron evitar al invasión militar de España. Negó que los británicos pudieran influir en las decisiones de Franco, sobre su paulatina retirada del apoyo a Hitler, cuando se vislumbraba con claridad de qué lado se decantaba la guerra. Demostró un tremendo respeto hacia los militares italianos que lucharon en el bando Nacional, así como afirmaría que, durante la batalla del Ebro, los italianos tuvieron una exigua presencia, otorgando el mérito del triunfo de Franco en la batalla, a las tropas con nacionalidad española.
Al estrechar la mano del General Rafael Dávila, me pareció una persona de carácter bonachón, abierto a la conversación y al debate, sin dejar de ser un apasionado de España, y de la época que pudo conocer muy bien, debido a los diversos destinos que ocupó como militar, que le han dejado un expediente repleto de medallas y reconocimientos. Acudió acompañado de su mujer, María del Pilar, también persona sencilla y simpática, en una conferencia donde reinó la afabilidad, y hasta cierta confianza, gracias al talante cercano, tanto de D. Rafael, como de su mujer, María del Pilar, a los que agradecemos muy cordialmente su presencia entre todos nosotros.
FRAN AUDIJE
Madrid, España, 26 de febrero del 2025
Fotografía. Editorial La Esfera de los Libros
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