NUBARRONES EN EL HORIZONTE

Recuerdo aquella vez que, estando en una finca ganadera, el pastor nos llamó la atención de que, a la mañana del siguiente día, iba a llover, porque, el atajo de ovejas, se había movido hacia un determinado cercado. Y, efectivamente, al amanecer, comenzó a lloviznar, y estuvo, toda aquella jornada, con precipitaciones intermitentes.

El simple hecho de observar el comportamiento de los animales, en relación con la naturaleza, nos provee de avisos sobre la meteorología, y sobre algunos otros factores. De igual forma, observando el panorama político, las decisiones y la postura de los gobernantes, es posible vislumbrar el futuro que nos espera.

España está haciendo una tradición sobre las actuaciones corruptas y fraudulentas, de los encargados de regir el devenir de nuestro país. La costumbre, si persiste en el tiempo, y se acata con una normalidad, termina por elevarse a Ley. Si se eleva a Ley una costumbre mal hecha, porque viola cualquier derecho, significa que estamos institucionalizando la injusticia, es decir, que anulamos o recortamos derechos fundamentales, entre otras cosas también, porque existe una impunidad preocupante.

Nuestra democracia se ha corrompido, desde hace demasiado tiempo, y multitud de hábitos ilegales, que nadie ha denunciado lo suficiente, ya se están elevando a Ley, de manera no tan sorprendente, porque lo habíamos comenzado a ver como normal. Desde los recortes en la libertad de prensa, en la libertad de expresión, o de manifestación, hasta prácticas de violaciones de otros derechos fundamentales, llevados ocultamente, pero a plena luz del día, porque los jueces callan, y los ciudadanos nos hacemos los suecos; hasta desfalcos millonarios por decreto, como la última medida de condonación de la deuda catalana, con el fin de que los políticos catalanes, sigan apuntalando a Pedro Sánchez, en la poltrona presidencial de España, a pesar de los pesares.

Estos indicios, como el movimiento espontáneo del Ganado en el campo, que puede anunciar la lluvia, entre otras cosas, nos hablan también a nosotros, de un futuro que se va a complicar, en variados sentidos sociales, que podríamos resumir en una carestía preocupante de libertad.

Dicho recorte en la libertad, no lo notará demasiado, el llamado «Vulgo municipal y espeso», es decir, el ciudadano común o del montón, que suele llevar una vida convencional y poco arriesgada, al tiempo que tecnificada. Sí lo notarán, en cambio, los intelectuales, periodistas, abogados, personas con vocación política… todo aquel que vierta su opinión, como deber vocacional, y que manifieste críticas o irononías, a cerca de la situación política, podría ser reprimido o purgado, en represalia por intimidar a los clanes del poder.

Los nubarrones que se van acercando, impulsados por los vientos, y atraidos por anomalías de la teórica democracia, vertirán una lluvia de mediocridad e infelicidad, que se va a acentuar por la ausencia de los principios y valores religiosos, otrora barca de salvación para mucha gente deprimida, ante el panorama político-social. Porque, también, en Europa, hemos decidido cortar los amarres a las viejas creencias cristianas, e, incluso, hacer apología del ateísmo, incentivando una cultura del placer y del sexo, también llamada de «pan y circo», puesto que pretende desviar la atención del pueblo, mientras somos, literalmente, desvalijados.

FRAN AUDIJE

Madrid, España, 1de marzo del 2025
Fotografía Facebook.
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


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