Silvano fue muy mal gobernante. Hay infinidad de evidencias de su enrome falta de compromiso con el pueblo, el cual nunca le importó. Fue y lo es, un hombre enamorado del poder del cual ha vivido derrochando desde hace más de tres décadas. Forjó una serie de alianzas y componendas políticas y económicas a lo largo de varios años. Estas alianzas le sirvieron para mantenerse entre la clase política y encumbrarse hasta llegar a la gubernatura de Michoacán. Sin principios éticos e ideológicos logró engañar a quien se dejó o lo consintió. Se decía de izquierda, pero nunca lo fue, como lo ha demostrado la historia reciente. Es más bien un depredador y ambicioso; soberbio, brabucón, elitista y traidor al pueblo. A Silvándalo no lo llevó al poder el pueblo. Al igual que a enrique Peña nieto, le construyeron la victoria electoral con anticipación. Fue en 2015 el candidato de la oposición sostenido e impulsado por quien estaba al frente de la presidencia de la república. Así es. Silvano se convirtió en el candidato del gobierno priista quien constriñó las ambiciones de los suyos, limitándoles los recursos y enviando éstos a manos llenas a la campaña de Silvano. No sólo fue en el periodo de la campaña electoral, sino desde antes, cuando era el coordinador de la bancada perredista en la cámara de diputados y selló su “buena suerte” firmando, impulsando y votando las reformas estructurales contenidas en el Pacto por México, traicionando así al pueblo. La traición le garantizó su unción a gobernador y el tamaño de su compromiso hizo que siguiera a pie juntillas las orientaciones de Peña, quien se convirtió en el verdadero mandamás del grupo del PRD lidereado por Los Chuchos y Silvándalo. Por eso no dudó en reprimir a los maestros de la forma en que lo hizo, ni en dar la orden de disparar en el horrendo caso de Arantepakua. Se dice que amasó enorme fortuna y no lo dudo. Tan sólo el rancho que se conoce que tiene en el municipio de Lagunillas es una muestra de ello. Pero se comenta que también tiene propiedades en Zitácuaro, Tuxpan, la CDMX y Morelia. No se sabe a cuanto asciende su fortuna amasada al amparo del poder público, pero a leguas se siente y se tiene certeza de que es cuantiosa y no legal y mucho menos éticamente conformada. Sería bueno que se conociera, que se hicieran públicos los bienes que este cínico personaje tiene los que se encuentran a su nombre y los que tienen sus familiares y prestanombres. Es indispensable que el pueblo de Michoacán tenga certeza de la fortuna de este nefasto personaje. Acusado de peculado por la FGR y detenidos cuatro de sus colaboradores cuando era en gobernador del estado, se mantiene en libertad a pesar de que el fiscal federal mencionara hace ya casi dos semanas que tarde o temprano iba a ser detenido. Y lo menciono porque Aureoles apareció públicamente en tono brabucón y retador en contra del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla y su secretario de gobierno. ¿Por qué no ha sido detenido? ¿Acaso será que ya ha signado un acuerdo que le brinde impunidad? Ya lo veremos, por lo pronto, considero que el pueblo no debe olvidar a este personaje. Es necesario que mantengamos la exigencia de que sea castigado. Porque de que nos la debe, nos la debe. Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa
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