El mundo no es un lugar donde podamos esperar que van a triunfar la justicia y el bien, porque en el mundo triunfan el dinero y el poder, a través de los que es posible controlar a las masas de personas, mediante diferentes técnicas políticas, basadas en la hipocresía, la mentira, y los juegos que es posible llevar a cabo, gracias a la ostentación del poder económico y decisorio, que permiten administrar la felicidad de los individuos, a través de la dosificación del placer.
Nos tratan como a niños, porque se han dado cuenta de que, en definitiva, nos comportamos como tales, al menos actuando como masa popular, y, la mayoría de las veces, individualmente, somos fáciles de corromper, a cambio de dinero o placer sexual.
La masa popular, actúa de manera parecida a un rebaño de ovejas, y quien conoce el comportamiento de las ovejas, sabe que no existe un animal más tonto a la hora de actuar grupalmente, que este. Las ovejas son dóciles al líder que las dirige, y tirarán siempre por donde el líder tire, sin pensar ni razonar lo más mínimo. Si el líder decide tirarse por un precipicio, irán todas detrás, irremediablemente. De ahí que las ovejas necesiten de un pastor, la figura humana que aporta el raciocinio, del que el rebaño carece por completo. Finalmente, como bien sabemos, el pastor cuida de las ovejas, con un objetivo de fondo, como es la explotación comercial ganadera, de manera que siempre hay un asunto de interés económico, que determina la vida de las ovejas como rebaño, a semejanza de lo que ocurre con la masa popular humana.
En los tiempos actuales, desde la sociedad civil, han surgido organizaciones de defensa, ante los abusos de los poderes económicos y políticos, como las organizaciones de defensa de los intereses de los obreros y trabajadores, y todo un popurrí de organizaciones de protección de causas marginales, como los derechos humanos, la infancia, o la pobreza extrema en el tercer mundo. Estas organizaciones, son uno de los principales bastiones que le quedan al bien y a la justicia, ya que suelen estar lideradas por gente sensibilizada con la problemática de los colectivos a los que representan.
Muy al contrario de lo que sucede en la política, donde la corrupción posee un campo bastante fácil para su prosperidad, y a la cual suelen arribar gentes con más intereses personales o de un pequeño colectivo al que representan, que abnegadamente patrióticos. Esto, sumado a la capacidad de control de la masa popular, mediante las técnicas que hemos descrito, supone una poderosa tentación, para ocupar la poltrona en beneficio propio, buscando solo un beneficio colateral, hacia la masa popular, en la gestión llevada a cabo.
Existen unos versos muy elocuentes, del poeta Francisco de Quevedo, que dicen: “Poderoso caballero es don dinero”, y, “donde no existe justicia, es peligroso tener razón”. Estas dos afirmaciones, podrían resumir bastante el carácter del mundo actual, marcado por la manipulación política, que se materializa, como hemos indicado, en la dosificación de la felicidad, a través del placer; y en una administración de la justicia, en función de intereses alejados, realmente, de lo que sería justo o ceñido a la naturaleza de las cosas.
FRAN AUDIJE
Fotografía Facebook.
Madrid, España, 27 de marzo del 2025
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