DISCURSO DEL SENADOR RAÚL MORÓN OROZCO, ORADOR OFICIAL EN EL ACTO CONMEMORATIVO DEL 71 ANIVERSARIO LUCTUOSO DEL GENERAL FRANCISCO J. MÚGICA


Morelia, Michoacán, 14 de abril de 2025.
Distinguidas y distinguidos organizadores e invitados a este Acto conmemorativo.
Muy apreciables miembros de la familia del General Francisco J. Múgica.
Estimados representantes populares, servidores públicos y dirigentes sociales y culturales que nos acompañan.
Michoacanas y michoacanos:
El día de hoy, en el marco de la conmemoración del 71 Aniversario Luctuoso del General Francisco José Múgica Velázquez, es menester recordar su legado social, político e ideológico, como una de las grandes herencias nacionalistas de la historia política de Michoacán y de México.
El distinguido michoacano Francisco J. Múgica, originario del municipio de Tingüindín, desde muy joven destacó por su sentido crítico y actitud sensible por las condiciones de pobreza que padecían los campesinos y obreros de la época, lo que fue albergando en él, el espíritu revolucionario, patriótico y nacionalista que lo llevó a sostener un papel protagónico durante la guerra civil de 1910 y en la redacción de la Constitución Federalista de 1917.
Seguidor del Partido Liberal Mexicano dirigido por los hermanos Flores Magón, fue colaborador del “Diario Regeneración”, donde plasmo ideas progresistas como la siguiente: “ Combatir por una causa justa, es más fácil que lo que a primera vista parece. Los pueblos aman el bien por instinto, porque así gozan de bienestar y caminan prestos al progreso y a la perfectibilidad”.
Su alto sentido de lealtad y patriotismo por un México con justicia, le hizo participar activamente en la batalla de Ciudad Juárez en la que se derrotó al ejército porfirista, y en el Plan de Guadalupe, como una respuesta al cobarde asesinato de Madero por el traidor Victoriano Huerta, a fin de reestablecer el orden constitucional junto a Carranza y plasmar en él, las bases ideológicas para atender las demandas políticas y sociales que el pueblo necesitaba.
Durante la lucha constitucionalista, Múgica se distinguió por sus ideas avanzadas, para entregarle a México un pueblo con mayor justicia, sin explotación humana, sin clasismo, ni racismo. Un pueblo donde el obrero y el campesino cultivaran las tierras y recibieran un trato humano con un jornal digno y suficiente.
Por ello, como integrante del Congreso Constituyente de 1917, su contribución fue fundamental en la redacción del artículo 3º, en el que buscó garantizar una educación laica y gratuita, alejada de cualquier doctrina religiosa, como único medio para el constante progreso y mejoramiento del pueblo; así como de los artículos 27 y 123 constitucionales, para reconocer el derecho agrario de los campesinos a la tierra, y de los obreros a un salario digno y a una jornada laboral humana.
Pero quizás el mayor mérito y servicio a la patria, prestado por el General Francisco J. Múgica ocurrió en el mes de marzo de 1938, cuando por encargo del Presidente Lázaro Cárdenas del Río, redactó el documento que dio origen al Decreto de la histórica expropiación petrolera, que devolvió la dignidad y el control de sus propios recursos energéticos al pueblo de México.
Desafortunadamente, los pilares que durante el largo periodo postrevolucionario construyeron hombres como Múgica, fueron devastados por los antipatrióticos gobiernos neoliberales del prianismo más conservador, especialmente entre los periodos de 1982 al 2018, donde producto del nefasto “Pacto por México”, aprobaron una serie de reformas estructurales en la educación, en la soberanía energética, y en los derechos agrarios y de los trabajadores, que por algunos años dejaron en cenizas el espíritu revolucionario y constitucionalista que motivó los grandes avances sociales de 1917.
Ellos, los gobiernos neoliberales, impulsaron una reforma educativa que debilitó la educación pública por la que tanto pugnó Francisco J. Múgica, abriéndole las puertas al mercado de la educación privada, como si fuera la educación una mercancía que se regula por las leyes de la oferta y la demanda, y sometiendo también a las maestras y maestros de México, a la presión de la evaluación punitiva, amenazados con la pérdida de su estabilidad, permanencia y todos sus derechos laborales, sino acataban las normas del entonces Servicio Profesional Docente, que igual que la actual USICAMM ya deben desaparecer, porque en nada contribuyen al fortalecimiento de la educación pública de calidad y a la profesionalización del magisterio mexicano.
Lo mismo hicieron con la política energética y agraria del Estado mexicano, especialmente en lo referente al petróleo y a la organización de los ejidos y las comunidades, que durante años fueron símbolo de unidad, de independencia, de desarrollo y de soberanía nacional, gracias a la expropiación petrolera y a la gran reforma agraria de Cárdenas y Múgica, para devolverle al pueblo, lo que durante años, fue sólo del beneficio exclusivo de las grandes empresas, petroleras internacionales y ricos hacendados.
Con la reforma agraria de Salinas y Zedillo y con la reforma energética neoliberal de Peña Nieto, se liberalizó el mercado de los hidrocarburos, para que nuestros yacimientos fueran explotados por las empresas privadas, a cambio de un pago simbólico al Estado, y se terminó de desmantelar la propiedad social de los ejidos, para dar lugar a una nueva forma de latifundismo moderno, en la que hoy son nuevamente los grandes desarrolladores y empresas agrícolas nacionales y extranjeras los dueños de las grandes porciones de la tierra.
Lo mismo hicieron con los derechos obreros, mediante la precarización del trabajo, el estancamiento del salario mínimo, la perdida de la capacidad adquisitiva de la clase trabajadora, la aparición de los contratos a prueba y la implementación de un sistema de pensiones y jubilaciones por cuentas individuales que dejó a la deriva a millones de trabajadores en retiro.
Durante más de 30 años, intereses ajenos al bienestar de la nación debilitaron a nuestras empresas públicas, los derechos de los ejidatarios, de los pueblos y las comunidades indígenas y se dejó nuevamente a los obreros y campesinos, -por los que tanto lucho y defendió el General Múgica,- a merced de los intereses del mercado.
Pero eso afortunadamente cambió con la llegada de los gobiernos de la Cuarta Transformación desde el año 2018, que se propusieron revivir y reivindicar el espíritu nacionalista de la constitución de 1917 y del acto expropiatorio de 1938, recuperando esa visión de Estado que en su momento tuvo el General Francisco J. Múgica, para poner al centro, el patrimonio y bienestar de las y los mexicanos.
Con las recientes reformas constitucionales, se devolvió a la Comisión Federal de Electricidad y a PEMEX su carácter de empresas estratégicas del Estado y se propuso recuperar el control de nuestros recursos estratégicos, garantizando el acceso a la energía como un derecho y no como un privilegio, avanzando incluso, en la transición hacia fuentes más limpias y sustentables.
Con esas reformas, corregimos el rumbo y reafirmamos la rectoría del Estado sobre sectores fundamentales para el desarrollo del país.
Hoy el nuevo marco constitucional, no solo fortalece a nuestras empresas del Estado, sino que también impulsa un modelo económico y social más justo, reconociendo la autonomía de los pueblos y comunidades indígenas, devolviendo un valor real al salario mínimo, elevando a nivel constitucional los programas sociales del bienestar, promoviendo apoyos directos para los campesinos y para su familias, protegiendo a los sectores más vulnerables como los adultos mayores, las mujeres y personas con discapacidad, impulsando el desarrollo de los jóvenes y generando nuevos programas de vivienda social, que se han convertido hoy en un motor de desarrollo para todos los mexicanos.
Así, en el marco del Aniversario Luctuoso del General Múgica, los representantes de la cuarta transformación no solo conmemoramos este día histórico, sino reivindicamos con hechos su memoria, invitando a la reflexión y a la conciencia colectiva, para promover un mayor compromiso con la historia económica, energética, social, agraria y política de México, lo que es esencial para enfrentar con mayor justicia los desafíos que el siglo XXI nos impone.
Michoacanas y michoacanos:
Las ideas progresistas de Múgica, seguirán siendo fundamento de todas las políticas de Estado que abogan por una mayor equidad económica y social, con el fin de reducir la brecha de desigualdad entre clases sociales y procurar la protección de los sectores menos favorecidos de la población.
Múgica seguirá siendo un símbolo de dignidad y de resistencia, para aquellos que luchamos por los derechos humanos y sociales en México, nuestro prócer michoacano, será siempre recordado como un líder visionario que luchó por un México más justo e igualitario.
Su herencia ideológica, impone a todos los gobiernos humanistas de México, la necesidad de seguir implementando políticas sociales que apoyen a los campesinos, a los pueblos y comunidades indígenas y a sus familias, como un acto de justicia histórica que nació con la revolución mexicana pero que sigue vigente hasta nuestros días.
El pensamiento e ideología de Francisco J. Múgica continuará siendo, por los siglos de los siglos, la norma, el camino y la guía, que sigan inspirando a las presentes y futuras generaciones que luchan por un México de derechos y de libertades.
Por su patriotismo y trascendencia en la historia del constitucionalismo mexicano, su nombre ha quedado grabado con letras de oro en la Cámara de Diputados y en el corazón del pueblo mexicano. Por su gran contribución a la patria hasta el día de su fallecimiento el 12 de abril de 1954, y al México de hoy, Múgica será recordado por siempre, aún sin llegar a serlo formalmente, como el PRESIDENTE LEGÍTIMO Y HONORÍFICO DE LOS MEXICANOS”.
¡¡QUE VIVA POR SIEMPRE FRANCISO J. MÚGICA!!
¡¡ QUE VIVA POR SIEMPRE SU HERENCIA HUMANISTA!!
Muchas gracias.

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


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