por Marco Tulio Culebro B.

Fotografía redes sociales
Ciudad de México. 21 de abril del 2025

El intercambio es obvio, así el fascismo desde Bruselas en el norte europeo tiene su némesis al sur, en Italia. La dura, fría, masculinizada y rusofóbica señora de los trajes sastre e ideas peregrinas (que han llevado a Europa a un callejón sin salida), Ursula Von Der Leyen*
sustituida por una imagen dulce, objetiva, femenina y sonriente de la joven premier, Giorgia Meloni. Al menos ese es el plan desde la Casa Blanca (y quizá también del Kremlin).
¿Qué ha hecho Meloni para subir de nivel?
A) Poner algo de «senso comune» por delante, -lo que encanta a Trump-. Por ejemplo, ha mencionado que la destrucción de Libia y el asesinato de Muamar Kadafi contribuyeron a desencadenar la actual crisis migrante en el viejo continente. Dónde Francia se benefició (quedándose con los billones del líder libio, esto no lo dijo ella, sino nosotros), mientras Italia se quedó carga con las consecuencias más difíciles.
B) Es decir, la presunta armonía europea no es tal. Y Meloni no se ha callado tampoco al denunciar los estragos que ocasionó el Franco africano, moneda con la que Francia ha -prácticamente- succionado  la riqueza del continente negro, profundizando su crisis y atizando entonces la subsecuente migración al norte.
C) Por si fuera poco, Italia ha defendiido la obvia necesidad de sus tratos energéticos con Rusia, con Lujoil concretamente, así que existe la posibilidad de una puerta abierta para el gas que pide el sediento continente, ya que las vías turcas han sido puestas en peligro por el mismo, Tadyip Erdogan, al prácticamente traicionar sus acuerdos con la Federación Rusa en el Báltico. 
D) Asimismo, también se pueden encontrar sentimientos anti-yanquis en Francia o en Alemania,  donde son casi tradición, pero no así en la bota. Hay una gruesa comunidad italiana en Estados Unidos que – a su vez- ha creado en el país de Dante más de una corriente u opinión filo-americana que hemos podido constatar.   
E) Además, a nadie en Roma se le ocurre darse un tiro en el pie por secundar un absurdo ataque a Rusia y quedarse sin el preciado gas o sin la benzina para sus máquinas. De hecho, de Meloni han salido advertencias para atemperar las intenciones extraviadas provenientes de Bruselas, París o del sorpresivo Berlín.
F) En suma, Italia se convierte en una cara amable no solamente para EEUU, sino que mantiene excelentes relaciones e intercambios con países como China o México, – y aunque no lo parezca-, gracias al intercambio cultural (el soft-power que odian los populistas).
(Me consta que la seriedad de laa arqueología italiana se convierte en un apoyo para su diplomacia. Pongo un ejemplo: para México es muy significativa la devolución de piezas de nuestro rico pasado sustraídas. Autoridades de otros países europeos no respetan en la misma forma el patrimonio de otras civilizaciones).
G) Por último, ¿Cuál va a ser el destino de la clase política europea que lleva al continente al carajo? ¿Llegarán a ser juzgados esos mismos quienes hoy baten los tambores de guerra?
Al parecer hay acuerdo en Moscú y Washington para su relevo. Así se perfilan mejor liderazgos como los de Meloni, si bien conservadora, al menos lejos de una clase política que se entregó por completo a las ideas de George Soros y a sus generosas fundaciones.

* El apelativo «Von Brujen» se lo debemos a un entusiasta analista geopolítico y abogado español, Miguel Calvo Ruiz, dada la política desplegada, especialmente frente al conflicto en Ucrania. No vamos a mencionar como le dice el mismo crítico a la señora Kaja Kallas, pero lo pueden imaginar.

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