Que se produzca un apagón general de luz, en toda una nación como España, y que el mismo se extienda toda la tarde, concatenando con el siguiente día, resulta algo tremendamente sospechoso, más allá de las explicaciones oficiales que puedan justificarlo, con las que yo no me quedaría conforme, y dudaría todo el tiempo, aunque fuera en lo más sagrado de mi intimidad.

Como dirían por mi tierra extremeña: “No me lo pueu de cleel”.

La hazaña del apagón, del lunes 28 de abril de 2025, se presta a todo tipo de conjeturas, y no es para menos. Primero, porque, yo, personalmente, nunca había vivido algo semejante, en toda mi vida. Segundo, porque tampoco habíamos sido gobernados en España, por unos gobernantes tan sumamente corruptos, manipuladores, e incompetentes, con un presidente a la cabeza, que no para de mentir, y que se distingue por su marrullería y por ser un tramposo. Tercero, porque la situación de España, tanto en lo político, como en lo económico, ronda la catástrofe, si no es catastrófica ya de por sí. Cuarto, porque, después de todo lo alegado anteriormente, es fácil deducir por lógica, que se podría haber intentado una maniobra distractora, que desvíe la atención de la gente de lo que verdaderamente importa, al tiempo que podrían haber tratado de meternos el miedo en el cuerpo a los españoles, para que nos paralicemos ante lo que parece a todas luces que se avecina.

Centrándome, directamente, en la cuarta deducción lógica, debo decir que, el Gobierno que dirige los designios de España, en estos momentos, se distingue, entre una serie de factores, por un amor al poder, que sobrepasa cualquier afecto patriótico hacia España.

Porque, cuando uno pone por encima de los demás, sus intereses personales, es que los demás le importan un rábano, y lo que le importa es satisfacer su propio ego. Es evidente, con la que está cayendo en lo judicial, que deja a las claras la corrupción salvaje en lo político, tocando muy de cerca al propio presidente del Gobierno. Y es evidente, en lo económico, solo con echar un vistazo a la deuda pública monstruosa, que nos agobia, como si se tratara de una serpiente anaconda, apretando su musculosa masa corporal, alrededor del cuello de los españoles.

La impresión es, pues, de la puesta en marcha de maniobras distractoras de la opinión pública, que lleva tiempo pendiente de las graves acusaciones de corrupción, hacia el presidente del Gobierno, y hacia su propio Gobierno, los cuales no acaban de dimitir, o de convocar elecciones anticipadas, en lo que sería pura lógica deontológica en una democracia normal, y no solo en una democracia normal, sino en unos señores que se supone nos brindan su trabajo con patriotismo, y, por tanto, con honradez.

En lo económico, debemos confesar que, detrás de la opacidad que preside las cuentas del Estado, donde nos están contando medias verdades continuamente, pero sabemos que nos han endeudado hasta límites escandalosos, y que no para de crecer esa deuda escandalosa, se vienen oyendo ecos de tormenta. Una tormenta o crisis económica, que nos va a pillar sin haber hecho los deberes, una vez más. Entonces, me pregunto: ¿habrán tratado de lanzarnos el mensaje a los españoles, de que hay cosas peores que no tener un céntimo en el bolsillo, como quedarse sin luz eléctrica?.

FRAN AUDIJE

Fotografía: Facebook.
Madrid, España, 29 de abril del 2025

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