LA CONTRAVENCIÓN MORAL

La contravención moral, recibe la denominación de «Pecado», lo mismo que la contravención legal, se denomina, «Delito», y la contravención ética, recibe el nombre de «Falta». Si queremos llamar a las cosas por su nombre, debemos aclarar los conceptos que están expresando, por mucho que se intenten ridiculizar, o establecer tabúes alrededor de alguna de estas denominaciones, las cuales están llenas de sentido, y de explicaciones justificativas.

La moral católica establece en el pecado, aquellas conductas, no solo desagradables a Dios, sino que son destructivas para el alma de las personas, con posibles repercusiones físicas, en determinados casos. El pecado, pues, no es un capricho despótico, que Dios se ha sacado de la manga, sino que pretende hacer crecer a los creyentes, como personas, y como hijos de Dios.

En el caso de los delitos y de la ética, el sentido que guardan es el de facilitar la concordia, y la convivencia, dentro de la sociedad, y en nuestro comportamiento cívico y personal, todo lo cual va a redundar en un progreso y desarrollo de la comunidad, o de los grupos y asociaciones de personas.

Ir por la vida pasando de toda norma, ya sea interna a la persona, o en su comportamiento externo hacia los demás, está comprobado que provoca desequilibrios sociales e individuales. De producirse este pasotismo a una escala generalizada, a la vez que consentida por las autoridades encargadas de mantener un mínimo de decoro, podríamos encontrarnos en medio de un caos destructivo, ya que los desordenes en el acatamiento del orden para las personas, o para el conjunto social, desembocan, según la experiencia histórica, en la degradación de las costumbres y los hábitos.

Hablamos, entonces, de las bíblicas advertencias sobre Sodoma y Gomorra, bien fundamentadas y contrastadas por la Historia, en lo que parece un ciclo vital evolutivo, sobre todo en cuanto a las civilizaciones y los Imperios.

Uno de los mejores ejemplos a emplear, sería el del Imperio romano, cuando, carcomido por la corrupción y los vicios, llegó a debilitarse de tal modo, que fue invadido por pueblos circundantes, considerados fuera de la civilización, los llamados «Bárbaros».

Hacer mofa del «Pecado», o dedicarse a actividades ilícitas, es bastante irresponsable, como se puede deducir, ya que estaríamos entrando en una dinámica destructiva y desequilibrante, de probables consecuencias nefastas, unas veces deformativas de las personas, otras, sencillamente, que pueden conducir a la muerte, propiamente dicha.

FRAN AUDIJE

Fotografía: Facebook.
Madrid, España, 10 de mayo del 2025

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


Descubre más desde REVISTA UNIDAD PARLAMENTARIA

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja un comentario