El valenciano fue el triunfador de la Feria de Mayo.

Por Isrrael Sotillo

San Felipe, Yaracuy, Venezuela, lunes, 12 de mayo de 2025

El Caballo de Mil Batallas, Manolo Muñoz, contraviniendo indicaciones médicas, asumió el desafío de las dos tardes de toros pautadas para San Felipe y aún así fue declarado como el máximo triunfador de la Feria de Mayo. Con el tabique nasal fracturado y el rostro saturado en seis puntos, además de un músculo de su pierna derecha abierto, viajó desde Puno a San Felipe para cumplir el compromiso torero adquirido con la afición yaracuyana. En la corrida del sábado 10 de mayo, en la que alternó con el matador *Eduardo Valenzuela* y teniendo como contendores astados de las ganaderías venezolanas de toros bravos de Los Aránguez y San Antonio, reses con juego variado y complicado en las embestidas, pudo redondear dos faenas que fueron premiadas con una vuelta al ruedo y dos orejas, consecuentemente. Bregó hasta más no poder el torero valenciano para así alcanzar y definir su estrategia de lidia; en esa búsqueda se topó con un camino tortuoso, ya que Muñoz fue asido de manera espeluznante en su primer toro, lo que hizo resentir las lesiones sufridas siete días antes en Cotahuasi, Arequipa, Perú. Una carrera veloz y angustiada por el redondel y un salto de cuerpo entero por encima de la barrera, evitó que el Caballo de Mil Batallas fuese prendido,  probablemente, con unas consecuencias desastrosas para su humanidad. Así es la tauromaquia.

Manolo Muñoz tiene pundonor y es un torero creativo, de voluntades instantáneas, y eso le permitió superar las adversidades afrontadas en el ruedo del pueblo del santo fuerte, ligando lances templados con el capote de lucha, que de inmediato lo congraciaron con el público que colmó la portátil Plaza de Toros «El Toreo», que estuvo instalada bajo la frondosa arboleda de la Avenida La Paz de la capital yaracuyana. Con la muleta templó varios derechazos largos y acoplados con música, con el pasodoble «Silverio Pérez» del inmortal Agustín Lara; dibujar en la arena los «naturales de la verdad» fue una tarea ardua debido a la fogosidad atarantada del pura casta caroreño de turno. Al final se impuso la torería de espectáculo que muy bien atesora en su repertorio el espada carabobeño: pases rápidos y cortos, muy ceñidos, muy de cerca torero y toro, siempre imbricados en el manejo geométrico del cuerpo y sus extremidades.

En la corrida del domingo 11 de mayo, el matador venezolano afincado en el Perú, midió cualidades y astucias con el techirense Antonio Suárez (crónica en preparación), quien al final se impuso con su oficio estilizado que lo convierten en estos momentos en el torero clásico del momento en Venezuela.

El Caballo de Mil Batallas, se le vio mermado físicamente toda la tarde nubosa del día de las madres. La ruleta de la vida es así, y es verdad que tiene sus giros de lentitud, pero que también otros que son de ajetreos de carácter inusitados y de una rápidez asombrosa; de todas maneras Manolo Muñoz, quiso darlo todo de sí, ahí en la hora y el día transcurrido en la pequeña plaza «El Toreo», para cerrar con dupleta dorada su actuación en San Felipe. No escatimó recursos para tratar de materializar un nuevo triunfo y  salir por la puerta grande como en la jornada anterior. No se pudo. La imprevisibilidad de las cosas, míra que es verdad. Las primeras espadas en cada uno de los toros lidiados, no tuvieron definición de rotundidad. La suerte suprema encontró mejor resultado en las segundas estocadas aplicadas a ambos toros. Lo errático del puntillero de turno alejó a Muñoz, mucho más, por lo menos de un par de vueltas al ruedo, o tal vez de una oreja en la última corrida de la Feria de Mayo 2025.

Eduardo Valenzuela se dio íntegro y demostró que es uno de los ases de la baraja de la torería venezolana. Gustó muchísimo la forma de torear del matador nacido en la Valencia del Cabriales, después de nueve años de ausencia de San Felipe, donde cortara cuatro orejas y un rabo el año 2015. Dio vuelta al ruedo, pero no logró conquistar la oreja que ya tenía ganada, se la estropeó la puntillería fallida de toda la tarde. Valenzuela sufrió dos volteretas de peligro, sin embargo, se levantó y anduvo en post de alcanzar la felicidad de conquistar los laurales. Hubo deseos y *Eduardo Valenzuela*, hay que reconocerlo, tiene lo suyo. Torear es lo más importante.

Con rejones, José Luis Rodríguez, dejó una buena estela con su actuación del día sábado y dio una vuelta al ruedo.

Ficha de la Corrida
Unas dos mil trescientas personas asistieron al festejo del sábado 10 de mayo. Manolo Muñoz: Vuelta al ruedo y dos orejas
Eduardo Valenzuela: Silencio y vuelta al ruedo.
José Luis Rodríguez: Vuelta al ruedo.

¡Sigue viva la Feria de Mayo en San Felipe!

*CORTESÍA DE LA CABALGATA TAURINA 2025*

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