EL VALOR DE LOS DERECHOS HUMANOS

Existen valores en la vida, que no se suelen apreciar en toda la dimensión positiva que nos aportan, hasta que no dejan de asistirnos y de beneficiarnos. Es el caso, por ejemplo, de la salud, del trabajo… y, por supuesto, sería el caso del disfrute de los derechos humanos.

Los derechos humanos, son aquellos derechos que sostienen a todos los demás derechos de ciudadanía, que un ordenamiento jurídico pudiera otorgar a las personas que viven bajo su vinculación. Es decir, que los derechos humanos son la base de toda legislación, constituyendo los cimientos de la convivencia en cualquier nación.

Somos personas y seres humanos, antes de cualquier otra clasificación que pudiera hacerse de nosotros. Las etiquetas que nos vamos colocando a lo largo de la vida, son adheridas a la primera condición que tenemos entre todas, como es la de persona. Esta condición de persona está, incluso, antes que nuestro sexo, y antes que nuestra raza, lo cual significa que, los seres humanos, solo por haber nacido como tales, tenemos derecho a ser tratados conforme a los derechos humanos, porque son los garantes de nuestra dignidad primigenia, que es la de ser personas.

Cuando se violan los derechos humanos, o deja de observarse la validez de alguno de ellos, inmediatamente comienza a ponerse en peligro la vigencia de todos los demás derechos que son afectados, porque, como hemos afirmado, los derechos humanos son la base sobre la que se construyen todos los demás derechos, y la base que otorga validez y vigencia efectiva al resto del ordenamiento jurídico.

La justicia depende, pues, de la observancia de los derechos humanos, porque, sin derechos humanos, deja de contemplarse la dignidad de las personas, y, aunque las leyes constituidas sobre estos sean justas, se convierten en papel mojado, desde el momento en que dejan de tener efectividad los derechos humanos.

Por tanto, existe una completa coincidencia entre, el Derecho Natural, y los derechos humanos, ya que ambos son inmutables, como inmutable es la dignidad humana; y ambos son primigenios, es decir, que son la fuente del resto de los derechos que pudieran surgir, independientemente del cambio en las circunstancias sociales, que deberían ser contempladas en su tratamiento jurídico, siempre bajo esta óptica del Derecho Natural, y de los derechos humanos, puesto que, de cualquier otra manera, adolecerían de una injusticia manifiesta, al violar la dignidad de la persona.

FRAN AUDIJE

Fotografía: Facebook.
Madrid, España, 15 de mayo del 2025

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


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