Boleros en las noches de mayo

 TITO RODRÍGUEZ «EL INOLVIDABLE»

 Por Isrrael Sotillo

 Barinas, 15 de mayo de 2025

Fotografía y video archivo.

El universo físico se paraliza frente a nosotros. Es una realidad que somos seres hechos para la sorpresa. Realidad: ser, espacio, causalidad y temporalidad; aunque esta cualidad del asombro no es perenne en nosotros, puesto que se pierde con el paso vertiginoso de los años por nuestras vidas, como todo lo humano, pues. Si ya nada nos sorprende, es que nos ha llegado el tiempo de la auténtica vejez.

Cuando hay un gran peligro hay que tener una gran respuesta. El bolero la tiene. Con más de cien años elevando y consolando las almas enamoradas, no ha dejado de ser elixir y bálsamo en el campo de los sentimientos amorosos, en eso se asemeja al Ave Fénix. Lo digo porque el amor puede morir hoy aquí, pero nacerá mañana allá, y es más, muriéndose allá, al unísono estará naciendo de nuevo aquí.

«Partiré canturreando mi poema más triste».

El «otro» no habla, es una fuerza que no está, pero el bolero sí habla.

Todo bolero es una dedicatoria, mas no toda dedicatoria es un bolero. Pero tanto la dedicatoria como el bolero son un obsequio, un regalo amoroso.

El texto de los boleros tiene un nombre, y ese patronímico se llama «letra», pero el bolero no solamente es letra, es también música, canción:

«Ya son las doce y no llega».

Todos los días en algún lugar de la América Latina, y en eso podemos estar buen seguros, para así poder afirmar con rotunda claridad, que ya, en este mismo instante, alguna persona habrá escrito, o está empezando a escribir una «letra» de bolero:

«Mío, nunca tuve nada mío».

Que a mí me guste este género musical llamado bolero, puede que sea uno de los muchos aspectos anacrónicos que resaltan en la personalidad de nuestra generación en todo el continente latinoamericano. Pero es que el Bolero en eso se parece a la Tauromaquia, porque todavía en este mundo de urgencias, ambos anacronismos son únicos, porque son cultura y al mismo tiempo contracultura. En una sociedad enferma de tiempo como es la nuestra, el Bolero y la Tauromaquia perviven como unos antivalores, porque el uno y la otra nos ofrecen valores alternativos distintos a los imperantes.

Tanto el bolero como la fiesta de los toros bravos se nutren de la lentitud, son un repertorio de gestos perdidos en el tiempo.

«Es necesario que el hombre sea lo suficientemente dueño de sí para que la tempestad permanezca inmóvil, suspendida”.

El bolero es un pasado que siempre está presente. El solo hecho de que alguien acompañado de un mariachi, de una guitarra o de un cuatro se apostara a cantarle, avanzada la noche, un bolero a una mujer, pegadito ahí de su ventana enrejada, para obsequiarla con una serenata; sin duda, ese hecho era como si el mundo dejara de girar frente a aquellos acordes del alma. Seguro. En esa serenata iba implícito el grito del amor: «Te amo».

“Las cosas no son como son, sino como se recuerdan”, nos dijo Valle-Inclán.

 OTROSÍ.

Ignacio de Jesús Valdés (Nacho Valdés), escritor panameño, tiene un cuento que termina así:

¡La serenata ha muerto!

¡La serenata ha muerto!

La asesinamos… la dejamos morir; porque hoy día es pecado ser romántico, porque es un crimen hoy día llevar en el alma una lucecita azul, un rayito de luna, un arpegio. ¡Quisimos vanagloriarnos, cada uno de nosotros, de ser un verdugo!

¡Descansa en paz, serenata, bajo tu sudario de luna y de armonías!

PS.

Nacho… ¡La serenata ha muerto!, pero el bolero no; y después de todo, Nacho, esta virtualidad no deja de ser una serenata.

«Boleros”, es un álbum de Tito Rodríguez que reúne algunos temas musicales ya grabados con anterioridad a la edición del disco en 1964, y otros que luego se presentarían en las diferentes recopilaciones de su obra; estamos hablando de temas musicales como: “ Inolvidable”, Embrujo Antillano” Hoja seca”, “Llanto de Luna”, “Congoja”, «Tu pañuelo”, “Cuando ya no me quieras”, “Pecador”, “Que te importa”, «Alma de mujer”… Parte de ese repertorio está incluido en el popurrí que he seleccionado con sumo cuidado y grande placer para que el bolero siga platicando esta noche contigo de tú a tú… y desde tu propio teléfono móvil. ¡Felicidades!

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


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