La repercusión de la gestión política en la vida de las personas, y de las personas que somos ciudadanas en una nación, es algo de lo que deberíamos ser conscientes, ya que es muy habitual que nos pase desapercibido.

Y es que, las decisiones que toman los políticos, encargados de dirigir y organizar a la sociedad, impactan de manera determinante en nuestra felicidad, ya que afectan directa o indirectamente, en parámetros esenciales para nuestra felicidad, teniendo en cuenta que, la felicidad, es un concepto abstracto y difícil de definir, puesto que es interpretable, y se concreta y define en cada individuo. Sin embargo, en política, se suele entender por felicidad, al bienestar social, es decir, aquel estado de la ciudadanía en el que existen una serie de servicios que atienden satisfactoriamente, una serie de necesidades básicas, que suelen ser trampolín para la autotealización de las personas.

Una persona autorealizada, suele ser aquella que ha alcanzado las metas fundamentales, que se proponía para su vida. Si, por ejemplo, alguien se planteara como fundamento vital, ser ingeniero, casarse, tener hijos, y que los hijos le dieran a su matrimonio nietos, serían imprescindibles, servicios educativos y universitarios, servicios de medicina y salud, además de políticas demócratas competentes, en las que la economía y los derechos ciudadanos, implicaran una prosperidad social, capaz de multiplicar la existencia de muchos otros servicios para las personas, todo lo cual va a repercutir en una vida cotidiana, que ayude al esfuerzo del estudiante a sacar su ingeniería, encontrar una pareja con la que fuere capaz de convivir y compartir un proyecto de futuro, para formar una familia con hijos, los cuales encuentren en ese hogar, acicates similares a los de sus padres para autorealizarse, dando como fruto otras familias, capaces de aportar los nietos tan anhelados por sus padres, convertidos ahora en abuelos.

Como hemos comprobado, sin esa base de infraestructura vital, que le corresponde a los políticos tejer y gestionar, nunca se harían posibles los sueños de autorealización personal, de tantos y tantos ciudadanos como conformamos una nación, por mucho que nos esforzáramos.

Si los políticos no ejercen su trabajo o su labor, de manera eficaz y responsable, haciendo propias las necesidades de autorealización de las personas comunes, y están en el poder por mero vicio de hollar la poltrona y de chupar de la teta del Estado, sin tener en cuenta, volvemos a repetir, que deberían estar al servicio de la felicidad de los ciudadanos, mediante la creación de bases para el bienestar social, estaríamos en condiciones de afirmar que nos están usurpando nuestro tiempo y nuestro dinero, dos parámetros importantísimos para la vida de la generalidad, puesto que, con el tiempo, vivimos y nos desarrollamos, y con el dinero, no solo adquirimos aquello necesario para vivir y desarrollarnos, sino que aportamos al Estado los recursos económicos imprescindibles, para que los políticos, responsablemente, hagan lo que tienen que hacer para que la sociedad prospere, de manera que el tiempo y el dinero de las personas, valgan para alcanzar la autorealización, tan anhelada por cada uno.

FRAN AUDIJE
Fotografía Facebook.
Madrid, España, 22 de mayo del 2025
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa