APUNTES SOBRE LAS VIOLACIONES DE LOS DERECHOS HUMANOS

Toda víctima de violaciones de los derechos humanos, debe ser consciente de que este tipo de violaciones suponen la usurpación de los derechos más elementales de ciudadanía.

Cuando algo elemental, o básico, es decir, que es fundamento de algo, se viola o se usurpa, equivale a que se ha suprimido el cimiento sobre el que se sostiene algo, que, en este caso, son los derechos que contiene la ciudadanía de cualquier persona. El efecto, pues, resulta ser el mismo al que se vería abocado, por ejemplo, una edificación arquitectónica: al fallar los cimientos, el edificio se derrumba instantáneamente.

Por tanto, la ciudadanía de cualquier persona, deja de existir, y quedaría en suspenso, al desaparecer el fundamento de la misma, como son los derechos humanos, o la parte de los derechos humanos violada, que afectaría a los derechos que se apoyen de manera más directa en los mismos.

Podrá subsistir la documentación que avale y demuestre el título de ciudadanía, pero, al ser violados los derechos humanos, se demuestra que la ciudadanía, respalda desde la teoría de los documentos, es impracticable, o es inviable su disfrute en la práctica, con lo cual dicha ciudadanía o nacionalidad, queda en suspenso, puesto que existe de una manera documental o teórica, pero no se puede disfrutar de manera práctica y fehaciente.

Cuando la ciudadanía es violada en su base, es decir, por los derechos humanos, el resto de los derechos de ciudadanía no se podrán disfrutar en su plenitud, o de forma completa. Esta desaparición de derechos de ciudadanía, equivale a que se es un esclavo, puesto que las correspondientes obligaciones, desaparecen, igualmente, y se está a merced del verdugo desde donde procedan las mencionadas violaciones.

Estar a merced de un verdugo, sin derechos que te amparen, y sin obligaciones a las que se pueda estar sujeto, equivale a una ausencia de tutela judicial, y a estar expuesto al libre albedrío de un ente o de un individuo, que, en cualquier caso, estará aplicando una tiranía fraudulenta sobre la persona de la víctima, que tampoco estará siendo considerada persona, pues sus derechos y obligaciones más fundamentales, aquellos que te constituyen como ser humano, y que defienden la dignidad del hombre, habrán dejado de ser contempladas de una manera práctica.

Recordar, pues, que la esclavitud significa la ausencia de nacionalidad y de ciudadanía, en una ausencia de derechos y de obligaciones fundamentales, donde, cualquier documento representativo de los derechos violados, se convierte en papel mojado.

Y no olvidar la correspondencia que existe, entre derechos y obligaciones. Si los derechos desaparecen, las obligaciones dejan de tener sentido, y dejamos de estar sujetos a las mismas. Cualquier persona violada en sus derechos más fundamentales, deja de mantener obligaciones, salvo las que el propio tirano pueda establecer al margen de las leyes oficiales, que resultan ser un fraude, sin que estemos obligados a respetarlas ni a acatarlas, y que otorgan sentido a la lucha por la liberación y por la justicia, que debería emprender la víctima, a modo de derecho natural a la legítima defensa.

FRAN AUDIJE
Fotografía Facebook.
Madrid, España, 14 de junio del 2025
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


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