La política, al menos en una democracia, y en un Estado de Derecho, es el arte de servir a los ciudadanos o al pueblo, desde la gestión de la cosa pública. Por tanto, el político, debe contar con una alta capacidad de abnegación, para prescindir de sus intereses más personales, de manera que se vuelque en un trabajo competente y honrado, en favor de su país.

Políticos que tengan por lema o por obsesión, permanecer en el poder a toda costa, porque su vocación política va más allá de lo sensato, y resulta que, el poder, ya no es para servir al pueblo, sino para satisfacer un vicio personal, no nos sirven en democracia, y son altamente peligrosos en el Estado de Derecho, porque, en seguida, van a tratar de transformar las legislaciones y los ordenamientos, de cara a aposentarse muy bien en la poltrona, y que nadie los pueda remover.

La comparación que acabo de hacer, entre un político válido, y otro inválido, para el sistema democrático y de imperio de la Ley, derivado de la vigente Constitución española de 1978, es un fiel retrato de la situación política que estamos viviendo en España, donde el Partido Socialista Obrero Español, nos ha colado a un líder inservible e incompatible con nuestra Constitución política, avalada por la Unión Europea, que es, no lo olvidemos, un ente supranacional de Estados demócratas, donde es preceptivo el respeto del Derecho, haciendo un guiño significativo a los derechos humanos.

Pedro Sánchez Pérez-Castejón, se ha saltado la deontología del político demócrata, y ha pasado a ejercer una acción directamente antidemocrática, trabajando por devolver a España al totalitarismo más extremo, liderado por él mismo, por supuesto, ya que adolece de un muy robusto ego, y de un narcisismo atroz.

Aprovechando esta circunstancia, se han puesto a su sombra, diversas fuerzas políticas, que, a cambio de satisfacer los caprichos indecentes de Pedro Sánchez, sacan tajadas considerables, de cara a que florezcan los proyectos particulares de estas fuerzas, inviables de cualquier otra manera, porque son proyectos antipáticos para una gran mayoría de españoles, como es el independentismo, y la transformación de España al Comunismo.

De tal manera, se están tomando decisiones políticas estructurales, cuyo calado es de tal transcendencia, que debieran ser consultadas a la ciudadanía, pero no se está haciendo, porque se pretende dar un vuelco político por la puerta de atrás.

Es urgente que Pedro Sánchez convoque Elecciones cuanto antes, no sólo porque se está demostrando una corrupción gravísima y sin precedentes en su Gobierno, sino porque su proyecto totalitario, se está saltando los procedimientos constitucionales previstos para lo que pretende, y debería permitir que los ciudadanos, dueños y soberanos de este nuestro Reino de España, se pronuncien sobre lo que ha sucedido, y sobre lo que está sucediendo, a pesar de todo el juego sucio que ha sido desplegado, en otra burla inaceptable al Estado de Derecho.

FRAN AUDIJE
Fotografía Facebook.
Madrid, España, 24 de junio del 2025
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