Lo que está ocurriendo en España, no es una broma, ni una tormenta de verano, sino algo bastante serio y afrentoso, para la democracia, y para la supervivencia de un Estado de Derecho.

Sencillamente, está en juego la libertad, los derechos humanos y de mayor fundamento, bajo los que nos regimos desde 1978, con mayor o menor desahogo, pero de los que nos podíamos servir para que en España imperase el respeto entre las posturas discrepantes, y fuera factible la diversidad y la convivencia.

Desde esta tribuna, hemos denunciado reiterativamente, las puñaladas diarias y cotidianas, que el señor, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, le propina a la democracia, al respeto de la legalidad vigente, y, en definitiva, a la libertad de la que veníamos gozando los españoles.

Hemos vivido, desde los tiempos de Felipe González Márquez, otro presidente socialista, un intenso proceso degenerativo de la democracia, en el que ha intervenido también la derecha española, la cual, sin el menor rubor, tomó, sucesivamente, el testigo de la corrupción, primero del mencionado, Felipe González, y, después, del aciago Rodríguez Zapatero.

Sin embargo, los verdaderos hachazos al régimen de derechos y libertades, nacido de la heroica Transición a la democracia, entre 1975 y 1978, hasta el punto de que el árbol se tambalea, con riesgo serio de derrumbe, los está atizando, sin parar, el actual inquilino del Palacio de la Moncloa, que pretende, a estas horas, dar un Golpe de Estado, como quien no quiere la cosa, modificando las competencias para la investigación de los delitos de corrupción política. Competencias que pretenden hacer recaer, directamente, sobre el Fiscal General del Estado, que, como bien sabemos, obedece a los intereses, puros y duros, del Poder Ejecutivo.

Estamos, pues, ante el umbral de la impunidad completa de la corrupción política, y de que se corra un tupido velo, sobre los gravísimos casos de corrupción, que atañen a Pedro Sánchez Pérez-Castejón, y su entorno político, incluyendo al PSOE.

La dictadura y el Estado totalitario, están servidos en bandeja de plata, si los ciudadanos que valoramos la libertad y los derechos humanos, nos quedamos de brazos cruzados, y viéndolas venir.

No es una exageración ni una falsa alarma. El futuro de España, se debate entre la libertad y la esclavitud del propio pueblo español. Las paguitas y los parabienes, con los que tratan de tranquilizarnos, son una estratagema para anestesiar a la ciudadanía, con una engañifla de pan para hoy, y hambre para mañana. Y, en cualquier caso, expuestos a los abusos de poder, ignorando la dignidad humana.

FRAN AUDIJE
Madrid, España, 11 de julio del 2025
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