AVANZAR Y RETROCEDER

Recuerdo al vampiro de ese mítico programa infantil de televisión, llamado «Barrio Sésamo», cuando nos explicaba a los niños, conceptos tan elementales como este de avanzar y retroceder. Tan ingenioso era, al tiempo de la gracia con la que envolvía sus lecciones, que no hemos tenido mejor Maestro que este, con bastante probabilidad.

Tratando de emular al vampiro Maestro y amigo, de Barrio Sésamo, diría que, avanzar, es ir o desplazarse hacia adelante; mientras que, retroceder, es ir o desplazarse hacia atrás.

Lo que ocurre es que debemos mantener siempre una referencia, espacio-temporal, para darnos cuenta de si realmente avanzamos o retrocedemos, claro. Todo esto en el ámbito espacial.

Pero podrían existir otros ámbitos de la realidad, donde también es posible avanzar o retroceder, como por ejemplo en la política. Dentro de la política, como forma de gobierno y gestión de la cosa pública, se avanza o retrocede, con referencia a las comparaciones posibles con otros Estados del entorno, o con referencia a otras situaciones que puedan hallarse en la Historia.

No nos sería posible acudir a otro ejemplo, en nuestro caso, que al de la España de nuestros días. Por tanto, la pregunta que nos hacemos es la que sigue: ¿Está España avanzando o retrocediendo, en los momentos políticos que vivimos?

Fijémonos en algo muy claro: el actual presidente del Gobierno español, no para de efectuar recortes en los derechos fundamentales, llegando a violar derechos humanos tan importantes como el de la libertad de expresión. Menos derechos humanos y fundamentales, equivale a una pérdida sensible de la libertad ciudadana.

Por otro lado, vemos que la economía española se basa en un progresivo endeudamiento, sin control, y sin final previsto. Cuando el Estado se endeuda, significa que gasta más de lo que ingresa; pero, cuando los gastos se desbocan, como en nuestro caso, y se da rienda suelta al endeudamiento, significa que se está haciendo una política nefasta y tercermundista, donde es probable que cunda la corrupción, y donde no se saben aprovechar los recursos con los que cuenta el país.

Referencias contamos con un montonazo. Desde la propia Transición a la democracia, en la que existía el derecho a discrepar y a patalear; hasta la economía española durante aquel periodo de Transición, crítico a nivel internacional, pues se vivía la famosa, «crisis del petróleo», que se capeó de manera inmejorable, no en vano las estadísticas económicas de aquellos años en España, son las mejores, científicamente hablando, de todo lo que llevamos de periodo democrático.

Si durante la Transición éramos más libres, y la economía española estaba más saneada y desahogada, que durante estos tiempos que corren, yo creo que la conclusión sobre si avanzamos o retrocedemos está meridianamente clara.

FRAN AUDIJE
Madrid, España, 23 de julio del 2025
Fotografía Facebook.
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


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