Iniciativa Loable.

Peligros Latentes.

La creación de la Unión Campesina Ezequiel Zamora (UCEZ) por parte del gobierno nacional es, en teoría, una noticia digna de aplauso. La idea de unificar al campesinado en una «fuerza única nacional», organizada desde la base en Consejos Campesinos territoriales, responde a una necesidad histórica: dar voz real, peso político y capacidad de negociación colectiva a quienes labran la tierra. La promesa de organización ascendente, con un Grupo Promotor que baje desde lo nacional hasta lo municipal para explicar el reglamento, se oye, se ve y se siente como un ejercicio de democracia participativa genuina.

Sin embargo, entre el diseño institucional y la realidad en el barro/tierra, ya asoman grietas preocupantes. Mientras el gobierno celebra la iniciativa, denuncias concretas manchan su nacimiento. Campesinos en varios estados de nuestra amada patria reportan cómo los estatutos, que se suponen son el fundamento democrático de la UCEZ, están siendo obviados o torcidos en la carrera por consolidar los primeros Consejos Campesinos y elegir vocerías.

Lo que debería ser un proceso transparente y comunitario, se ve contaminado por choques de poder locales, prepotencias y disputas internas que nada tienen que ver con el bienestar del campo.

El problema es de fondo: ¿Quién vigila el proceso? El Grupo Promotor, emanado del mismo gobierno que impulsa la UCEZ, difícilmente puede ser juez y parte cuando surgen irregularidades. Su rol fundamental es promover, mas no fiscalizar ni mediar en conflictos. Ante este vacío de garantías, las viejas prácticas – el amiguismo, la imposición de figuras afines a grupos de poderes locales, la marginación de líderes auténticos pero críticos – amenazan con secuestrar la iniciativa desde su raíz.

Aquí radica la urgencia del llamado que resuena en el campo: El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) debe asumir un rol activo, pero distinto. No como protagonista que impone, sino como árbitro y facilitador comprometido con el espíritu original de la UCEZ. Su estructura nacional, su conocimiento del territorio y su peso político son herramientas indispensables ahora mismo para:

1.Garantizar transparencia: Vigilar que la conformación de los Consejos y la elección de voceros se ajuste estrictamente al reglamento, sin atajos ni imposiciones.
2.Mediar en conflictos: Intervenir de manera neutral para apaciguar los «choques de poderes» internos y las disputas que envenenan el ambiente.
3.  Facilitar la inclusión: Activar mecanismos para que los verdaderos líderes revolucionarios del campo – aquellos con arraigo, trabajo probado y respeto de sus comunidades, no sólo los afines al poder de turno – puedan integrar y liderar las tres comisiones vitales (¿Organización? ¿Producción? ¿Seguridad y defensa del territorio?) de estos Consejos Campesinos.

La Unión Campesina Ezequiel Zamora nace con el noble propósito de empoderar al campo. Pero ese propósito se desvanece si el proceso de construcción es opaco, excluyente y capturado por intereses faccionarios. El PSUV tiene en sus manos la llave. Puede ser el garante que canalice las denuncias, corrija los desvíos y asegure que la UCEZ sea realmente la voz unificada y soberana del campesinado, pero también puede ser cómplice silencioso de su desnaturalización. El campesino espera, no con ilusión ciega, sino con alerta vigilante. La hora de actuar, de arbitrar con firmeza y ecuanimidad, es ya. Que el nombre de Ezequiel Zamora no sea sólo un símbolo vacío, sino un compromiso cumplido.

Movimiento Chávez y Zamora.

¡Comuna o Nada!

Libertad de Barinas, Venezuela, 18 de agosto de 2025

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