Nelson Acosta Espinoza
Venezuela 21 de agosto del 2025
Las colectividades siempre encuentran los medios para expresar sus alegrías, tristezas, rebeldias, melancolías y amores. Emociones, vivencias que modelan su carácter e identidad y forjan paulatinamente su idiosincrasia cómo pueblo.
Los proverbios y refranes son rasgos definitorios de esta extensa sabiduría popular.
Mezcla de influencias españolas, indígenas y africanas que permiten rastrear el proceso de mestizaje o criollizacion que acaeció con especial intensidad en nuestro país.
Voy hacer una breve disgreción para referirme a este último término.
Criollizacion es un concepto utilizado por el estudioso martiniquez Edouard Glissant (1928-2011). Si bien lo asume cómo una modalidad del mestizaje, lo engloba «bajo la idea de un consciente de si mismo» (negritud).
Esta atmósfera intelectual impregnó a distintos pensadores de ascendencia africana. Por ejemplo, Leopold Sedar Senhor, Aime Cesaire, entre otros .
El mestizaje, por el contrario, es un cruce biológico y cultural que da lugar a nuevas configuraciones sociales, culturales y genéticas. Implica voluntad, «la cual fue extirpada en la comunidad antillana».
En nuestro país el mestizaje fué intenso. De ese crisol proviene nuestra riqueza genética y cultural.
Bien, retomemos el hilo. Los proverbios o refranes son frases cortas que expresan consejos de forma concisa y transmiten la sabiduría popular.
La utilización del refrán como arma de denuncia y enfrentamiento politico ha sido de uso común en nuestro país por algunos líderes políticos (Luis Herrera C.).
Su relevancia reside en su uso para expresar y trasmitir el sentir (rechazo, disgusto, aceptación, insatisfacción, ironía, etc) de una colectividad en determinadas circunstancias.
En la «estopa» económica, social y política en la cual estamos enredados con severas restricciones de prensa, televisión, radio y calle, los proverbios son útiles para dar rienda suelta a la desaprobación, canalizar emociones y focalizar el rechazo al oficialismo. Apropiados cómo vehículos de comunicación política.
Portadores de un lenguaje accesible a toda la colectividad sin distincion social , cultural y de género.
Se requiere, desde luego, de organización e infraestructura para masificar aquellos proverbios/refranes con significado político, contestatario y transmitan lecciones de vida.
Aquí algunos ejemplos: «A quien madruga, Dios lo ayuda», «Más vale maña que fuerza», «El qué hierro mata, a hierro muere», «No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista».
Esta es una mínima muestra del refranero nacional. No obstante, es posible captar su intención moralizante y aspiración a la debida sanción a los actores que hayan incurrido en manejos incorrectos y desempeños contrarios al ordenamiento jurídico y administrativo (corrupción) y, desde luego, como advertencia del «que la hace la paga».
No debo pasar por alto que igualmente transmiten invocaciones optimistas y llamados a cultivar dosis de paciencia a la espera del desarrollo de los acontecimientos (no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista).
Uno de nuestros presidentes que hizo uso de este bagaje fue Luis Herrera Campins. En distintas ocasiones se valió de este componente de la cultura popular para transmitir mensajes de diversos tenores: insinuación advertencia, prevención etc.
En la actualidad son útiles y con un alto poder predictivo. A pesar de su atemporalidad ( no están amarrados a circunstancias especiales) conservan su capacidad de «apuntar» y describir acertadamente situaciones concretas.
«A ponerse alpargatas, qué lo que viene es joropo». Este dicho llanero describe acertadamente la situación por la que está atravesando el país y los peligros que eventualmente pudiera enfrentar la ciudadanía.
El proverbio advierte tomar previsiones (alpargatas) por lo que eventualmente pudiera desencadenarse (joropo).
Ciertamente, visto desde esta óptica, el mensaje no es del todo alentador.El país atraviesa por un momento crucial y definitorio. Un modo de vida está exhalando sus últimos suspiros.
Definitivamente el socialismo resultó, cómo era de esperarse, en un rotundo fracaso económico, social y cultural. No cosechó éxitos. Por el contrario, es responsable de niveles generalizados de pobreza y concentración de recursos en una pequeña porción de sus acólitos.
Me parece apropiado recalcar el papel de cierta oposición que respalda, por omisión o activamente, la gestión del madurismo.
Otro sector cifra sus esperanzas en una supuesta intervención extranjera.
Ambas opciones, a mí juicio,son erróneas. La primera, es de un oportunismo ramplon. Y apostar por una supuesta incursión foránea es inapropiada y, en el fondo, no resuelve el issue político sustantivo: superar los vestigios de la IV república, desmoronar el actual socialismo y edificar un «edificio» social y político distinto a todos los anteriores.
Los opositores genuinos cuentan con recursos de masas e intelectuales para ofertar una opción de cambio con rostro de futuro.
Regresar o revivir la vieja cultura política y sus actores es un «salto atrás».
A toda costa debe ser evitado. Se lo debemos a las nuevas generaciones.
«Más vale maña, que fuerza».
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa
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