P. ROBERT PREVOST, SU SANTIDAD LEÓN XIV

Cuando fue elegido el nuevo Papa, tras el fallecimiento de Francisco I, o conocido popularmente como Papa Francisco, en seguida acudí al televisor para enterarme de la noticia con mayor detalle, siendo para mí una gratísima y emocionante sorpresa, al encontrarme con una cara familiar, cuyo nombre de pila, Robert Francis Prevost, inmediatamente me hizo caer en la cuenta, de dicha familiaridad con el recién elegido, León XIV.

Y es que hace ya como un par de décadas, siendo yo un colaborador activo, dentro de la Parroquia de Santa Rita, en Madrid, regentada por la Orden de Agustinos-Recoletos, a cuya Fraternidad Seglar pertenecía y pertenezco, participé en una misa solemne y conjunta, entre Agustinos, y Agustinos-Recoletos, la cual fue presidida por el entonces Prior General de los Agustinos, nada menos que un joven fraile, el P. Robert Prevost, hoy flamante Papa, León XIV.

De aquella experiencia me quedaban muy buenos recuerdos, de ahí mi sonrisa de oreja a oreja, cuando pude contemplar al P. Prevost, saludando a una multitud enfervorizada, desde el balcón de San Pedro, revestido con los atuendos del sucesor de San Pedro.

Puedo afirmar, con todo mi orgullo, que mi mano ha estrechado la mano del hoy Santo Padre, León XIV, mientras clavaba su vista en mi persona, por cuyo gesto sencillo me siento ampliamente bendecido, puesto que considero al P. Prevost, un católico y un religioso, especial, por su cercanía y por su humildad, muestra de su grandeza como persona, recordando aquellas palabras de Nuestro Señor Jesucristo: «El que se humilla será ensalzado», y, también: «Sed sencillos como palomas, y astutos como serpientes».

Por estas razones que os explico, y por la nostalgia de aquellos recuerdos, para mí, su Santidad León XIV, siempre será el P. Prevost. Prefiero recordarlo así, con la simplicidad de su hábito negro de Agustino, predicando junto a sus hermanos, e impartiendo la Comunión al pueblo de Dios, finalizando una Eucaristía familiar, en una bonita Iglesia, la de Santa Rita, en la Capital de España.

Debo confesar que, me está encantando el estilo del nuevo Papa Agustino, adaptando su discurso público, a las necesidades de un mundo plagado de crueles guerras, además de extremadamente peligrosas, porque podrían desembocar en una conflagración mundial.

Me gusta que, León XIV, fuera uno de los colaboradores más cercanos al Papa Francisco, el jesuita que escribiera una Encíclica, abogando por los pobres y oprimidos, cual fuera, «Fratelli Tutti». Y, me gusta que, León XIV, fuera encarcelado por defender los derechos humanos, en su patria de adopción peruana, porque sabe, por experiencia, lo que es la privación de libertad, y lo que significa ser maltratado por defender tus convicciones, que solo hacen el bien, puesto que parten de la voluntad de Dios, una voluntad que no obliga ni oprime para creer en ella, sino que invita y propone, sin venganzas ni represalias, y desde la oración y la libertad de una sonrisa.

FRAN AUDIJE

Madrid, España, 22 de agosto del 2025

Fotografía Facebook
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