Nelson Acosta Espinoza
Un eventual cambio político es ocasión propicia para iniciar un intercambio de ideas con vista al reemplazo de las políticas del régimen madurista.
Las áreas que en lo inmediato, requerirían atención serían: salud, educación, dolarización, inflación, salarios, seguridad, ambiente, estado de derecho y liberación de presos políticos.
Medidas que no tan sólo son apropiadas sino igualmente justas, indispensables y urgentes.
Obedecen a la necesidad de restablecer, provisionalmente, el status (económico y político) que prevalecía antes de la insurgencia del socialismo bolivariano. Son, si se quiere, aspectos a considerar en el marco de la eventual transición que se espera suceda.
A continuación, elevaré unas interrogantes de índole antropológica.
Su propósito es comprender la oportunidad, naturaleza de los cambios y su correspondencia con el momento actual.
¿Es histórica la situación que enfrentamos? ¿De ser así qué implica? ¿Ofrece el relato opositor una visión alternativa a lo yá
experimentado?
Entiendo que son interrogantes cuyas repuestas implican un compromiso con una determinada visión o relato político.
Para su despeje acudiré a la refraneria popular. Saber que coloca sobre el tapete verdades incontrovertibles y sólidas.
He aquí una de ellas «llover sobre lo mojado». En el marco de las presentes circunstancias advierte sobre la futilidad de insistir en políticas yá probadas y sobre la tentación de los «viudos del pasado» por reciclar (llover sobre lo mojado) su agotado
protagonismo.
«Llover sobre lo mojado» es, igualmente, una manera de etiquetar los relatos que expresan una lógica desfasada en el tiempo y repiten experiencias de gobiernos anteriores.
Los demócratas tenemos por delante una tarea. Desmontar el tinglado discursivo que soporta esa obsoleta cultura política.
Obligación que debe ser asumida con sentido de urgencia. Y, desde luego , con el cuidado de sortear los «vicios» que tradicionaente han contaminado la práctica política convencional.
Negociar, entiéndase, es una virtud cuando se emprende con espíritu de grandeza y vocación de futuro. Desprovistas de estas dos condiciones se muta en su contrario: negocio de baja ralea.
Existen dudas sobre la calidad del celofán discursivo que recubre las propuestas que encarnan ciertos líderes opositores.
Incertidumbres como las que a continuación expongo.
¿Encarnan una opción política que se distancie, por igual, del pasado reciente y del presente socialista. ¿O, por el contrario, bajo su traje opositor ocultan una suerte de irrefrenable vocación restauradora?
Su «viudez» les impide asumir una nueva «soltería» en el plano de las ideas y, en consecuencia, tienen dificultad para promover salidas distintas a las yá experimentadas.
Una frase condensó con agudeza el deber ser de la política en los años de crecimiento de la renta petrolera. «Administrar la abundancia con criterio de escasez». Imitar a países como Noruega que tuvieron sensatez, visión de futuro y ahorraron los recursos generados por su industria petrolera.
Las pasadas administraciones, incluyendo la actual, siguieron un curso contrario «administraron la abundancia con escasez de criterio» .
Despilfarraron la inmensa riqueza que generó la explotación petrolera y lograron la «hazaña» de quebrar una economía próspera y con inmensas posibilidades a futuro.
Historia conocida y padecida por la inmensa mayoría de la población.
Los ciudadanos tienen dudas. Les preocupa la ausencia de una visión alternativa. Vacío que no ha sido, hasta el momento , ocupado por ofertas de grupos e individualidades de la oposición .
He aquí algunas de ellas. ¿Considerarían sustituir el vetusto estatismo por la frescura del libre mercado? ¿Apostarían sin titubeos por una opción de corte liberal? ¿Aceptarían promover formas de vida capitalista?
Son interrogantes que merecen repuestas programáticas y una conducta política que las exprese.
La sustitución del régimen tiene que suponer algo más sustantivo que el simple transito hacia un nuevo gobierno de raíces electorales legítimas.
Asumir el cambio político en esos términos implicaría un error estratégico, ausencia de sentido histórico e incomprensión del momento que vivimos.
Cervantes, en su Don Quijote, advirtió.
«Confía en el tiempo, suele dar dulces salidas a las amargas dificultades».
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa
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