Nelson Acosta Espinoza.
Venezuela 15 de septiembre del 2025
La cultura política del pasado reciente se caracterizó por reconocer el intelecto y a sus creadores.
Afirmación, no siempre compartida por la totalidad de las
personalidades públicas de este período.
Sostenían lo opuesto .Qué los gobiernos del pasado no aprovechaban el capital intelectual presente en sus respectivas sociedades.
Gobernaban de espalda a los intelectos y conocimientos que cobijaban sus sociedades. La «barbarie predominaba sobre la civilización»
La actual casta política ha propagado esa falsedad. Han circulado la idea que el socialismo bolivariano emergió, precisamente, para llenar ese vacío y dar vuelta a esa tuerca.
Sus líderes serían portadores de un proyecto político y cultural diseñado para sustituir el modelo burgués-capitalista, propiciar una ‘nueva» cultura y dar paso a la «inteligencia» bolivariana y socialista.
Nada más contrario a la verdad. Voy a pasar, brevemente, por distintos momentos de nuestra historia. Con el propósito de verificar sí sus intelectuales desempeñaron roles importantes en las respectivas gestiones públicas.
Juan Vicente Gómez llamó a lo más selecto de la intelectualidad de su época. Con el propósito que lo asesorarán en la formulación de las políticas públicas.
En su inicios los gobiernos democráticos gobernaron con lo mejor de la intelectualidad del momento.
El régimen de Marcos Pérez Jiménez proclamó la doctrina del Nuevo Ideal Nacional. Inició un ambicioso plan de construcción de infraestructura diseñado y puesto en marcha por el talento nacional.
Los democráticos, igualmente, bajo gerencia del capital humano criollo construyeron obras de envergadura.
Por citar tres: represa de Guri, Complejo Cultural Teresa Carreño y el Plan de becas Gran Mariscal de Ayacucho. Probablemente el proyecto educativo masivo más relevante de nuestra historia y, quizás, del continente.
No puedo dejar de mencionar la construcción de la ciudad universitaria. Extraordinaria obra diseñada por el arquitecto venezolano Carlos Raúl Villanueva. Se destaca por la integración del arte y la arquitectura, con obras emblemáticas como el Aula Magna y la Plaza Cubierta del Rectorado.
La experiencia bolivariana, por el contrario, ha sido y es, ejemplo de fracasos acompañada por una masiva malversación de los dineros públicos.
Ejemplo, despilfarrararon 48.000 mil millones de dólares en ocho proyectos nunca finalizados.
Voy a mencionar tres de ellos: represa de Tocoma 9.300 millones de dólares, construcción del tren Tinaco Anaco 7500 millones de dolares, tercer puente sobre el Río Orinoco 2500 millones de dólares.
Estamos a la puerta de restaurar la democracia. La modalidad que asuma este cambio dependerá del balance entre costos de tolerancia y costos de opresión (Robert Dahl).
Las destempladas intervenciones de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello muestran su falta de voluntad para asumir los costos de tolerancia. Están dispuestos a enfrentar los de opresión y permanecer en forma ilegítima en el poder.
Los demócratas no lo permitiremos .Flotando sobre las nubes de Calder, entonando la música del orfeón de Vinicio Adames, esperanzados con los vitrales de Manaure y con el espíritu rebelde que encarnan los universitarios superaremos obstáculos y construiremos la Venezuela del mañana.
Siempre, cobijados bajo el espíritu de la «casa que vence las sombras».
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa
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