LA CUESTIÓN POLÍTICA EN ESPAÑA

España es un país de contrastes, y de contrastes muy marcados, en lo tocante a lo geográfico, que podemos comprobar tiene su reflejo en la idiosincrasia de su pueblo, igualmente.

La península ibérica, mantiene una posición benigna en la zona geoestratégica de su lugar en el mundo, con repercusiones en el clima, y en esa división tan marcada entre el Norte y el Sur. Estamos hablando de una zona transitoria entre África, y Europa, ambicionada por las grandes potencias debido a su interés como enclave de retaguardia, pero también de lanzamiento de ofensivas.

Los contrastes españoles, van desde la división política en las llamadas “dos Españas”, algo evidente nada más observemos las ideas de unos y de otros, a derecha y a izquierda, hasta la división social, entre los que detentan la propiedad de la riqueza, y los que trabajan al servicio de estos, conocidos como “curritos”. Todo, a pesar de que, tras las reformas económico-sociales, llevadas a cabo en la época de la dictadura del General Franco, se consiguió acercar a unos y otros, al crearse una clase media amplia y sólida, que consiguió sacar a España del subdesarrollo técnico, y acercarla al Occidente liderado por las potencias de los Estados Unidos de América, y de la Unión Europea.

Sin embargo, las diferencias de criterio entre ambas facciones ideológicas españolas, nunca se han conseguido conciliar ni reconciliar, debido a complejos factores históricos, y del propio carácter español, en el que reina una conciencia bastante cicatera de la propiedad, que genera insolidaridad, y que acentúa la brecha que ya existe, por influencia del devenir histórico.

Uno de los factores históricos que más están acentuando esta falta de reconciliación, tiene que ver con la Guerra Civil española, librada entre 1936 y 1939, la cual consiguió enconar los ánimos de las Españas a derechas e izquierdas, hasta el mismo presente en el que nos encontramos, y tras haber pasado el periodo transitorio entre la dictadura de Franco, y el arribo a la democracia, momento en el que se esgrimió un desconocido compadreo entre las distintas fuerzas políticas, al tiempo que se exhibió un apretón de manos entre las dos Españas, creemos que en pose algo hipócrita y comediante, porque, en lo que realmente estaban todos de acuerdo, era en dejar atrás la dictadura, por propia conveniencia política, y porque el Imperio Occidental, con sus grandes potencias, la americana y la europea, había puesto como condición a España para admitirla en su Club, esta de que el país se democratizara, aparcando al régimen franquista.

Es cierto que, la izquierda española, con intención de captar el voto simpatizante, no está consintiendo que el trauma creado por la Guerra Civil 1936-39, se cure y se asuma como un gaje de la historia, del cual se debe pasar página, dado que las circunstancias que concurrieron hace cerca de un siglo, en el desencadenamiento de esta conflagración fratricida, han cambiado drásticamente, en una España donde no se pasa hambre, a pesar de la situación económica delicada que atraviesa, con una deuda pública cabalgante monstruosa, y un paro laboral inusualmente alto, a veces disparado, dentro del contexto de Occidente.

Debemos continuar constatando que, la España atrasada y profunda, de la que tanto habló, por ejemplo, el pintor Francisco de Goya, en sus famosos “caprichos”, continúa presente en la sociedad española, si bien es probable que no la podamos constatar con un simple paseo por las calles de metrópolis como Madrid, y la impresión que recibamos sea muy distinta. La sociedad española, ha aprendido a ocultar sus males y sus miserias, porque es consciente de la aversión que los mismos provocan en el entorno de las naciones europeas y de los Estados Unidos de América.

En España ocurre de todo, pero nunca pasa nada, porque este país es como es, y no quiere, o no es capaz, de salir de su corral de profundidad negra, en la que lleva instalado siglos. Tan solo la llegada al poder de determinadas figuras, como el rey Carlos III, o del centro reformista de Adolfo Suarez, consiguieron aplacar o disimular, la decadencia del un Imperio pasado, en cuyo seno se fraguó la Santa Inquisición, y un oscurantismo político, que cohibió la libertad, y que ha encerrado a España en una obsesión religiosa insana, durante demasiado tiempo.

Para terminar esta breve introducción a la problemática política española, dejar señalados dos lemas muy españoles, bastante elocuentes sobre lo que hemos hablado: el lema del despegue español en lo turístico: “Spain is different” (España es diferente), y el lema de la una parte importante de la izquierda política española: “Ni perdón, ni olvido”

FRAN AUDIJE

Madrid, España, 21 de septiembre25.
Imagen: Caprichos de Goya.
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


Descubre más desde REVISTA UNIDAD PARLAMENTARIA

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja un comentario