FUNCIONARIOS PÚBLICOS

España es una nación que cuenta con un denso aparato burocrático, lo cual significa que de la Administración Pública española, dependen una ingente cantidad de asuntos que inciden en la vida de los ciudadanos. Dicho de otra manera, el Estado, y su organización administrativa, participan de la vida y de los asuntos ciudadanos, de forma importante, a veces abrumadoramente.

Por tanto, el trato de los ciudadanos españoles con la burocracia administrativa, es frecuente y asiduo. En ocasiones, siendo innecesario realmente, los tentáculos administrativos, inundan el devenir de la vida ciudadana, entorpeciendo, más que arreglando u organizando eficazmente, asuntos muy próximos a lo personal e íntimo, que, por supuesto, cohíben la libertad de los ciudadanos, llegando a causar más trastornos que solucionar nada.

Debemos reconocer que, cuando los ciudadanos nos acercamos a las dependencias palaciegas, el trato funcionarial dista de ser todo lo amable que nos gustaría. Pareciera que nos están haciendo un favor, en lugar de prestarnos un servicio público, de modo que todos salgamos beneficiados, y se cumpla con el cometido regulado, de forma legal y eficaz.

El poder, por más que nos revista y nos coloque en posición preeminente y privilegiada, cuando guarda un sentido de servicio, nunca debería constituir a nadie como abusador o en exceso de soberbia, sino todo lo contrario: el poder procedente del Estado, hacia la ciudadanía, debería ser trabajador y servicial, lo cual nos está hablando también de un poder eficaz y bienintencionado.

En la Empresa privada hablan de «clientes», en lugar de ciudadanos, puesto que los empleados del sector privado, deben su sueldo a la interactuación del negocio, en el que los empleados son agentes, bajo cuya acción se produce el efecto de facturación que justifica los sueldos de los trabajadores, así como la supervivencia de la Empresa.

Pues en el sector público ocurre algo parecido, con la salvedad de que los clientes son los millones de ciudadanos que habitan la nación, obligados por las leyes a acatar los distintos procesos y procedimientos, impuestos por razones organizativas desde el Estado, y con un sentido que debería ser de lograr la prosperidad de la nación al completo.

El funcionario, por tanto, representa la cara humana del Estado, frente a la ciudadanía que se acerca para resolver trámites, que le permitan desarrollar su vida legalmente, es decir, conforme a las directrices dispuestas por los diferentes órganos administrativos, encargados de conseguir una prosperidad social, y una constante convivencia armónica entre todos.

El funcionario no es un Comisario político, por más que la Administración Pública la dirijan los políticos. Existe una notable diferencia. El funcionario no juzga ningún condicionante de los ciudadanos que venga desde dentro de los mismos, sino que se atiene a las circunstancias externas y objetivas de los ciudadanos, para aplicar los mandatos legales entre los mismos, que deben afectar a todos por igual, sin marginaciones, y según la casuística a la que se deba acoger cada cual.

FRAN AUDIJE

Fotografía Juan Luis Guedejo
Madrid, España, 3 de octubre 2025.
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa.

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3 comentarios en “FUNCIONARIOS PÚBLICOS

  1. Funcionarios públicos no sólo son los burócratas a los que Fran alude con mayor familiaridad y conocimiento que yo mismo que he servido en la Administración del Estado durante décadas.Accedí a este servicio mediante una oposición libre y de comparecencias públicas en los momentos de valoración de conocimientos y aptitudes.Es decir exámenes con exposición pública.

    La profesionalidad de los funcionarios y su vocación de servicio están fuera de duda alguna.Recuerdo la entrega de la Policía nacional,la GC,los sanitarios públicos y los administradores del estado,sean abogados del estado o los conductores del metropolitano .

    Mira Fran,esa empresa pública que se llama Red.es que anda enredada en ,dicen,que malas prácticas de gestión pública NO ESTÁ FORMADA POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS.Sus trabajadores acceden a dedo sin pasar ninguna prueba de idoneidad ni demostración de méritos etc.Y por cierto fue creada por el Partido Popular para manejar los presupuestos públicos evitando a los funcionarios públicos que tan poco te gustan.Una cosa son los políticos que elegimos todos sin conocimiento de sus consecuencias-en muchos casos-y con criterios sectarios o de conveniencia e interés personal casi siempre.Y otra los jueces,los bomberos,la policía que no duerme y que siempre acude cuando se necesita.Bien.

    Podría seguir poniendo muchos ejemplos que no se compadecen ,ni de lejos,con tu punto de vista.

    He trabajado también en la empresa privada,en concreto en una Multinacional con doble de sueldo del que tenía en el año 2000 y te diré que me volví a la Administración en la que he servido como ingeniero de Telecomunicaciones con plena libertad profesional.

    Y si tuviese que comenzar mi camino profesional : intentaría repetirlo a pesar de criterios valorados tan alegremente como el expuesto.

    Antonio Domínguez Maldonado

    Funcionario de la Escala Superior de Técnicos de la DGT y funcionario del Cuerpo Superior de Tecnologías de la Información de la Administración del Estado

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    1. Gracias por tu aportación y opiniones, estimado Antonio.

      Mi opinión en el artículo que has leído, se basa también en mi experiencia de Funcionario de Carrera, durante 16 años, en el Ayuntamiento de Madrid.

      Aunque te agradezco tu comunicación, debo decirte que has sacado alguna conclusión errónea, o poco exacta.

      Yo, para nada, detesto a los funcionarios, y me encanta mi trabajo, en tanto en cuanto sirve para contribuir al bien de los ciudadanos, a los que atiendo directamente, y a través de mis compañeros, a los que apoyo en otras labores.

      Sin embargo, yo he visto corrupción, y la padezco, a pesar de mi buena fe y disposición para trabajar.

      Aunque no lo quieras reconocer, Antonio, existe una fuerte penetración política de la izquierda, particularmente del PSOE, entre el tejido funcionarial, que, en muchas ocasiones, condiciona nuestro trabajo imparcial hacia los ciudadanos.

      Y te confieso que, más allá de mis preferencias políticas, que no tienen que ver con la derecha necesariamente, ni mucho menos, yo voy a mi puesto de trabajo a trabajar esforzadamente, por los ciudadanos, tratando de contribuir a ello a través de un equipo de funcionarios de diversas categorías.

      Debemos reconocer que, cada cual habla según su experiencia, y que no en todas las áreas funcionariales se trabaja con idéntica uniformidad de responsabilidad, ni de eficacia.

      Gracias. Un saludo.

      FRANCISCO JOSÉ AUDIJE PACHECO

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    2. Gracias por tu aportación y opiniones, estimado Antonio.

      Mi opinión en el artículo que has leído, se basa también en mi experiencia de Funcionario de Carrera, durante 16 años, en el Ayuntamiento de Madrid.

      Aunque te agradezco tu comunicación, debo decirte que has sacado alguna conclusión errónea, o poco exacta.

      Yo, para nada, detesto a los funcionarios, y me encanta mi trabajo, en tanto en cuanto sirve para contribuir al bien de los ciudadanos, a los que atiendo directamente, y a través de mis compañeros, a los que apoyo en otras labores.

      Sin embargo, yo he visto corrupción, y la padezco, a pesar de mi buena fe y disposición para trabajar.

      Aunque no lo quieras reconocer, Antonio, existe una fuerte penetración política de la izquierda, particularmente del PSOE, entre el tejido funcionarial, que, en muchas ocasiones, condiciona nuestro trabajo imparcial hacia los ciudadanos.

      Y te confieso que, más allá de mis preferencias políticas, que no tienen que ver con la derecha necesariamente, ni mucho menos, yo voy a mi puesto de trabajo a trabajar esforzadamente, por los ciudadanos, tratando de contribuir a ello a través de un equipo de funcionarios de diversas categorías.

      Debemos reconocer que, cada cual habla según su experiencia, y que no en todas las áreas funcionariales se trabaja con idéntica uniformidad de responsabilidad, ni de eficacia.

      Gracias. Un saludo.

      FRANCISCO JOSÉ AUDIJE PACHECO

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