Nelson Acosta Espinoza

Venezuela 5 de octubre del 2025

¿Quién  intentará dar caza a la ballena blanca? ¿Se encuentra herido el arponero? ¿Su arpón cañonero está dañado? ¿Se podrá reemplazar?

El 28 de julio se intentó. El cetaceo,  herido de muerte y bajo  engaño, logró sobrevivir.

Los artesanos del mar formulan estas preguntas ¿habrá otro intento? ¿Un nuevo barco ballenero está en camino? ¿Lograrán arponear al cetaceo? ¿ Otros hombres y diferentes arpones serán utilizados?

Esta metáfora la utilizo con el propósito de ilustrar lo que está aconteciendo en el país.

Las anteriores  interrogantes con sus respectivas respuestas tienen como objetivo ayudar desmontar las distintas piezas que moldean nuestra realidad.

La «ballena» (el gobierno) está herida o golpeada, pero no derrotada.

Los arponeros (la oposición) se encuentran en estado de expectativa. O, lo que es lo mismo, a la espera de que algo suceda en los términos por ellos esperados.

La magia es un recurso de uso habitual por el gobierno y afecta, igualmente, la percepción de la realidad que tenga la masa opositora.

El ejecutivo hace uso de este instrumento para transmitir la falsa idea de ser una puerta de salida.

A  diferencia  de gobiernos anteriores, corruptos e ineficientes, se asumen o simbolizan el «político y la política nueva». Bajo el lema de «no más de lo mismo».

Lo mágico e irónico es que sus actos desmienten esa pretención.

Magnifican las aberraciones que supuestamente combatirían y la sustituirían por una gestión  pulcra al servicio «del pueblo».

Imponer las navidades por decreto e iniciarlas con un espectáculo pirotécnico desde un centro de reclusión, es un ejemplo de esa aberrante conducta mágica.

Hechizo destinado a ocultar la realidad. Cruda metáfora del encierro a qué están siendo sometidos los ciudadanos.

En el extremo opuesto, se ubican los votantes. En el pasado fueron embrujados por la magia populista. «Divinizaron» al líder   y de antemano lo absolvieron de cualquier exceso, sin ponderar su grado de responsabilidad.

Hoy los ciudadanos, por el contrario, están a la espera del regreso de Movic Dick y del capitán Ahab.

Conscientes de que su dignidad le ha sido arrebatada  tienen  esperanza de poder recuperarla.

En esta ocasión, a diferencia  de la trama de la novela de Herman Melville, Movic Dick  sí será  arponeada y la goleta Pequod no se irá a pique.

Los «hombres de mar», marineros y navegantes,  celebrarán el arribo de la verdad y la justicia.

No seremos orilla.

Abrazaremos de nuevo «la mar». Con la placidez de sus tormentas .

La vida es una aventura. Pese a las dificultades hay que disfrutarla.

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