CRIMEN DE LESA HUMANIDAD

Creo que todos habremos pasado alguna vez en la vida por situaciones de privación de alguna necesidad, y existen necesidades que pueden ser muy perentorias, como, por ejemplo, la necesidad de amar y de ser amados.

En tal sentido, estoy en condiciones de afirmar que, el ser privado por terceras personas con poder, del acceso al amor, en mi caso de una mujer, constituye una verdadera cárcel sin barrotes. Dicha cárcel, que está coartando tu libertad, podría no ser solo una cárcel privativa de libertad, sino que también podría añadir importantes y lesivos flagelos, como torturas físico-psíquicas, y acoso, al tratar de imponerte otros estilos de amor descafeinado, que son prostitución, puesto que te ves obligado, de tomar el camino de la rendición y de la renuncia a la lucha, a vender tu dignidad humana, a cambio de no padecer la tortura y el acoso que hemos mencionado.

Alguien podría aseverar que este tipo de circunstancia privativa de una libertad tan fundamental, ha quedado relegada a los llamados países tercermundistas. Pero debo contradecir esta creencia, con una rotunda negativa, puesto que yo mismo, quien suscribe este escrito, habitando en un país miembro de la Unión Europea, como es España, vengo padeciendo este tipo de flagelo inhumano, en el que se me prohíbe, y se nos prohíbe, a la mujer amada y a mí, que podamos unir nuestras personas, para desarrollar el amor que ha surgido espontáneamente en nuestros corazones.

Estamos hablando, claro está, de una violación de los derechos humanos, de lesa humanidad, que permanece impune, a pesar de haberse denunciado en todos los ámbitos judiciales posibles, incluso en los de carácter internacional, debido a que este crimen gravísimo, en el que se han visto afectadas más personas, con asesinatos por medio, ha sido cometido desde el poder político español, en sus máximas instancias. Un poder político español, que está organizado al estilo de la mafia, pero que mantiene una cara institucional de absoluta normalidad, siendo sus raíces corruptas y criminales hasta la extenuación ético-moral.

Lo que he tenido que pasar, no se lo deseo ni a estos pillos que no me han dejado vivir, durante la friolera de más de 35 años, en los que me he visto obligado a luchar sin denuedo ni rendición, porque aprecio mi dignidad humana, y no podía dejar que se pisara y se apuñalara, así, por la bonita cara inmadura de esta banda de delincuentes armados, que han invertido lo que no está escrito, en mi persecución, tirando una fortuna completa, al igual que mi vida, al basurero de la inutilidad, porque no han conseguido ni uno solo de sus objetivos perniciosos, y solo han hecho daño, un daño muy grave y gravísimo, como digo, con asesinatos, mujeres que he amado prostituidas, dinero público malversado, y lo que no conoceré de maldades que seguro han perpetrado, en una completa y vergonzosa impunidad, que agrava todavía más, este horroroso crimen de lesa humanidad.

FRAN AUDIJE
Fotografía Juan Luis Guedejo
Madrid, España, 9 de octubre 2025.
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa.
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