Nelson Acosta Espinoza

Venezuela 24 de octubre del 2025

La democracia fué vilipendiada. Lo expreso con sinceridad y con un cierto sentimiento de culpa.

Los jóvenes de mi generación fuimos embelesados por la «religión» revolucionaria.

Algunos abrazaron, plenos de ingenuidad romántica, la aventura insensata de la lucha armada.

No evaluamos con justicia y equidad la experiencia cultural y política que significaba vivir en democracia.

Lo contradictorio. Fuimos beneficiarios privilegiados del renacimiento  cultural y educativo experimentando  durante este periodo de la vida política del país.

Vista, a contracorriente con lo que en la actualidad sucede. La democracia a todo lo largo de su existencia alimentó  una experiencia cultural envidiable. Qué no ha tenido continuidad en esta farsa denominada socialismo bolivariano.

Antes por el contrario. Estamos padeciendo un empobrecimiento progresivo nunca visto a lo largo de nuestra historia republicana.

Esta pauperacion se ha expresado con mayor intensidad en la dimensión cultural. Léase creacion literaria,  pintura, escultura, música, grabado, fotografía, cerámica, artes escénicas, arquitectura y cine, entre otras disciplinas.

La  democracia, por el contrario, apoyó estas expresiones en todas sus dimensiones. Premios, salones, becas, (Plan Gran Mariscal de Ayacucho), subsidios entre otros incentivos.

Estas ayudas y un clima propicio reverbero en una producción cultural rica y diversa.

Mencionaré algunos de los nombres que, en distintos espacios creativos,  elevaron y dieron a conocer nuestro patrimonio cultural.

Artes plásticas: Jesús Soto, Cruz Diez, Oswaldo Vigas, Alejandro Otero, Rafael Martinez,  Mercedes Prado, Wladimir Zavaleta.

Narradores: Julio Garmendia, Arturo Uslar Pietri, Guillermo Meneses, Laura Antillano, Milagros Socorro. Miguel Otero Silva.

Poesía: Eugenio Montejo, Rafael Cadenas, Ana  Enriqueta Terán, Vicente Gerbasi, Ida Gramko. Rowena Hill.

Otras disciplinas florecieron:  ingeniera, arquitectura, música coral y la danza. 

Entre los talentos más recientes figuran, Gisela Kozak, Vasco Szinetar, Laureano Márquez, Néstor Rojas, Juan Carlos Méndez , José Napoleón Oropeza, Carlos Ochoa, Nestor Mendoza.

Obviamente, la lista  es más numerosa. Lo que  intento subrayar con esta enumeración es la versatilidad y riqueza de la vida cultural durante el lapso democrático.

Pluralidad que contrasta con el desierto en el qué está  sumido la nefasta experiencia del socialismo bolivariano.

El gobierno no ha podido crear y estimular corrientes de pensamiento o expresiones culturales que promuevan lenguajes alternativos que sustituyan o compitan con los  existentes.

Al mejor estilo fascista lo han intentado, sin éxito. Con unos pocos funcionarios han instalado la Gran Misión Viva Venezuela y Mi Patria Querida. El propósito es la promoción de una suerte de Revolución Cultural para enfrentar al Imperialismo.

A diferencia de la IV República, carecen de inteligencia intelectual. En consecuencia no han podido ni podrán competir  con la producción cultural que generó la IV República.

Desde «arriba»,  la experiencia lo ha demostrado, no es posible construir un genuino movimiento innovador en lo cultural y lo político.

A pesar de sus carencias la democracia estímulo el ámbito de la creación intelectual y artística.

Desafortunadamente,  estos vientos no irrumpieron con la debida fuerza en el ámbito político.

Los viejos hábitos  «castraron» o impidieron la construcción de un  futuro alternativo.

La diversidad cultural no fué procesada por el discurso político. La politica permaneció rezagada y al margen de este rico acervo cultural.

Sin embargo, virtud de la democracia, prestigiosos intelectuales advirtieron sobre el peligro  que se cernía sobre el proyecto liberal y democrático.

El grupo conocido como Los Notables elevaron sus voces y propusieron un conjunto de cambios para hacer frente al agotamiento del régimen político. No fueron escuchados .

Las consecuencias la estamos padeciendo: autoritarismo, precariedad cultural, masiva emigración de jóvenes y a riesgo de comprometer el futuro de la República.

Este padecimiento o debilidad institucional ha alcanzado la institución universitaria.

Otrora baluarte de la democracia y portadora de  valores universales en defensa de los derechos humanos.

Las recientes declaraciones de rectores de la Universidad de Carabobo, Central de Venezuela y Católica Andrés Bello solicitando una solución negociada a la actual crisis política, obliterando o pasando por alto el reciente fraude electoral, no es sólo ingenua (para decir lo menos) sino contraria a la tradicion e historia de estas instituciones.

Les recuerdo los ejemplos de dignidad universitaria de honorables rectores  como Francisco De Venanci y Jesús María Bianco. A pesar de dificultades y un clima político adverso no comprometieron la dignidad institucional, no se doblegaron ante presiones gubernamentales y tampoco  se prestaron para lavarle el rostro a los gobernantes de turno.

La Casa SÍ Venció Las Sombras.

Este es el ejemplo,  qué sí debemos seguir.

!!No lo olvidemos!!
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