PEDRO SÁNCHEZ, EL JUSTICIERO

Uno de los principales objetivos del actual Gobierno de España, es hacer justicia, según declararon desde el primer momento. No sabemos, sin embargo, debido a la ambigüedad, tantas veces buscada intencionadamente en política, a qué clase de justicia se referían el señor Pedro Sánchez Pérez-Castejón, y los suyos.

Existe una justicia universal, podríamos decir, aquella obligada por la propia conciencia de cada cual, informada por la ética, y por los usos y costumbres de cada lugar, lo que llamamos «cultura». Es esta una justicia que nos obliga a ser educados, de modo que facilitemos la convivencia. Es la justicia que obliga a ser lo máximo competentes que nos sea posible en el trabajo. Una justicia, como hemos comentado, de los principios éticos y morales, para conservar todos los miembros de la sociedad, una referencia de lo que es comportarse con decoro y responsabilidad.

El otro tipo de justicia que existe es aquella que imparten los Jueces y Tribunales del Poder Judicial. Esta justicia surge cuando, el primer escalafón de justicia que hemos mencionado, aquel que aplica cada uno desde su conciencia, no da resultado o fracasa, de modo que obliga a la intervención de mediadores, puesto que se ha desencadenado un conflicto irresoluble por otros medios, al alcance de las personas, en el entorno cotidiano de vida.

Me parece a mí que es tan obvia la aplicación del primer tipo de justicia, que es una justicia en la que somos educados, y para la que somos preparados desde la cuna, el entorno familiar, y los centros educativos, como objetivo esencial de la educación, que me disuade pensar que es la justicia a la que se refiere este Gobierno en España.

Me inclino más por la segunda opción apuntada, ante lo cual, si pudiera confirmarse, me llenaría de asombro y de indignación, porque se habrían estado apropiando, el señor Pedro Sánchez y sus ministros, de un propósito completamente incongruente e ilegítimo, como es el de atribuirse competencias Judiciales y Ejecutivas, al mismo tiempo.

Visto el panorama de degradación de nuestra democracia, es más fácil todavía, pensar en una intención tan grotesca, como sería la de tomarse la justicia por su mano, un Gobierno del que se investigan cantidades ingentes de casos de corrupción, algunos de los mismos en proceso judicial.

Da la impresión de que, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, y los suyos, entraron en plan justiciero a gobernar, tratando de arrollar el Estado de Derecho, que es lo que en parte han llevado a cabo. Y, en tal sentido, volvemos a insistir en la necesidad democrática, de investigar posibles violaciones graves de los derechos humanos, por parte de Pedro Sánchez, y algunos de sus colaboradores, sin obviar posibles conexiones con la Unión Europea, y con el crimen organizado.

FRAN AUDIJE

Fotografía Juan Luis Guedejo

Madrid, España, 28 de octubre del 2025

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentaria

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