*¿POPULISMO LIBERAL?*
Nelson Acosta Espinoza
Venezuela 27 de octubre del 2025
Proteger la República Liberal Democrática, de los acosos de la bolivariana democracia.
Afirmación que, a ojos de algunos, pudiera ser percibida extraña o como un simple juego de palabras.
No es un divertimento. Es un asunto más serio. Un imperativo que demanda las actuales circunstancias políticas y culturales.
La democracia se perdió en una ocasión. Se esfumó frente a nuestros ojos y con la complicidad u omisión de sus principales benefactores.
La liberal, ha sido reemplazada por esa perversión denominada democracia bolivariana y socialista.
En un escrito anterior señalé la cuota de responsabilidad que pesa sobre actores políticos (oposición democrática) por no haber protegido debidamente este legado. El más importante de nuestro siglo XX.
Cedieron a la tentación, por motivaciones subalternas, de cuestionar y minar las bases de la *República Liberal Democrática*.
No comprendieron qué a pesar de sus imperfecciones, la democracia ha sido el logró más significativo de nuestro Siglo XX.
Este desatino fué acompañado por el silencio cómplice de un número significativo de intelectuales y actores políticos.
Prefirieron permanecer callados o no advirtieron la tragedia que se avecinaba.
No todos asumieron esa conducta. No puedo dejar en el tintero el intento de restauración que lideró el Dr. Ramón J. Velasquez. Me refiero a las propuestas diseñadas en la *Comisión Presidencial para la Reforma del Estado (COPRE)*
Instancia que reunió un grupo selecto de intelectuales y personalidades del mundo político comprometidos con el ideario democrático.
Su propósito: Diseñar políticas orientadas a enfrentar la crisis que yá mostraba sus efectos disruptivos.
Sin embargo, la indispensable voluntad política para poder llevar a cabo íntegramente las reformas propuestas le fué negada.
Se dió curso a la elección de gobernadores y a medidas conducentes a promover la descentralización administrativa.
Los acontecimientos posteriores (intentos de golpes de Estado) certificaron lo erróneo que supuso no dar «luz verde»a las reformas sugeridas por esta Comisión.
El desaliento en la población y falta de credibilidad de los actores políticos se conjugaron para facilitar el acceso al poder de los militares golpistas y su posterior legitimación electoral.
En Enero de 2005, el historiador Germán Carrera Damas (miembro fundador de la COPRE) lanzó a la opinión publica un «mensaje histórico».
Advertía sobre los asedios sistemáticos a la historia (uso mercenario de la figura de Bolívar) y, sobre el propósito de destruir «*nuestra obra fundamental del siglo XX, la democracia pluralista que garantizaba alternabilidad, equilibrio de poderes, rendición de cuentas y derechos humanos*.
Conquistas todas que en la actualidad están bajo asedio y cercanas a ser abolidas o distorsionadas en su sentido liberal y democrático.
¿Qué nos repara el futuro? ¿La propuesta liberal interpelará a sus destinatarios? ¿Cuál envoltura discursiva podría ser la más apropiada?
Aquí estamos pisando un terreno teórico un tanto escabroso.
Diversas son las respuestas que han intentado despejar estas interrogantes.
Mencionaré algunos autores que se ha ocupado de esta temática. El más compiscuo fué Ernesto Laclau.
Benjamin Arditi, D’Ipola Emilio, Gino Germani, Zizek.k, entre otros, se ocuparon de esta temática. La bibliografía es diversa y sumamente extensa.
Para algunos de estos autores el populismo es la narrativa apropiada (Enesto Laclau).
Desde luego, desprovista de su connotación y manipulación asistencialista.
Vista como un discurso, vale decir, dispositivo simbólico que construye las identidades colectivas.
Éstas no existen a priori, se construyen al interior de estos dispositivos.
Es ficticia la idea de una conciencia inherente a una posición en el proceso productivo.
Es la narrativa la qué articula los componentes «de lo popular» y los organiza en un cadena de equivalencia que «niega» al «adversario» y, excinde el campo simbólico entre «nosotros» y «ellos».
Por ejemplo, demócratas vs. socialistas.
Desde luego, para que esta operación discursiva;tenga éxito político electoral se hace necesario articular componentes culturales (significantes) que construyen las identidades populares (significados).
Un ejemplo de un discurso político exitoso en estos términos es el denominado como «*La Adequidad»* (Acosta y Gorodeckas)
Acción Democrática pudo articular, en su momento, los significantes que expresaban (significados) la cultura popular a su proyecto político. Fué esta conexión discursiva la responsable de su éxito electoral y político.
Una vez licuada esta articulación la democracia quedó vacía de significado para vastos sectores de la población.
El dispositivo simbólico, la Adequidad, perdió su capacidad de interpelación.
El chavismo, circunstancialmente, logró «ocupar» ese espacio.
El uso de una simbología socialista, extraña y distinta a la cultura popular, diluyó o licuó su potencialidad interpretativa.
En la actualidad ese espacio está vacío.
Tierra arada lista para la siembra.
Un nuevo discurso»*populista» de signo liberal* está alistando sus herramientas discursivas prestas para cosechar la siembra.
Su éxito electoral el pasado año es signo de que se encuentra en los albores de dar inició a una inédita cultura política en el país: *El populismo liberal*
El ejemplo argentino (votación de medio término) muestra qué es posible recorrer con éxito la vía del populismo liberal y derrotar la «casta».
Aquí dejo estas interrogantes:
¿Transita María Corina ese camino? ¿Estamos en el inicio de una nueva era política? ¿Lo interpretan así los nuevos actores? ¿Los hábitos de la «casta» política han sido exorcizados?
Así lo espera la mayoría ciudadana.
Bajo ninguna circunstancia está permitido equivocarse.
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa
#unidadparlamentaria #upr #Nelson Acosta
Descubre más desde REVISTA UNIDAD PARLAMENTARIA
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
