*¿SERÁ POSIBLE TOLERAR A LOS INTOLERABLES?*


Nelson Acosta Espinoza

Venezuela 30 de octubre del 2025

Definitivamente la vida es más rica y compleja que los ensayos teóricos que la describen e intentan  explicarla.

Entiendo que esos modelos responden a la necesidad de dar cuenta de la realidad  y así  poder reducirla a categorias  universales.

A lo largo de nuestra reciente historia se han elaborado distintos relatos con la finalidad de explicar lo que nos acontece en los planos económicos y políticos.

Ejemplos: Teorías que  conceptualizan nuestras sociedades en tránsito hacia la modernidad. Se espera que una vez alcanzada esta condición, la democracia política la refrendaria y le  otorgaría la solidez necesaria para garantizar su permanencia.

La alianza para el Progreso (1962-1970) por ejemplo , fué  un programa impulsado bajo la administración Kennedy.

Alimentaba, por así decirlo, los «apetitos» por democracia presente en nuestras élites empresariales y políticas. 

Máxime ante el peligro que reprentaba la revolución cubana y su política de apoyo a movimientos subversivos en la región.

Está iniciativa tuvo como propósito apuntalar el sistema democrático y, en paralelo, incentivar un desarrollo económico equilibrado.

La  teoria sociológica, igualmente, se ocupó de este tema y proporcionó argumentos para fundamentar las políticas de desarrollo tendentes  a propiciar el desarrollo y la modernidad.

El más influyente fué Gino Germani, sociólogo argentino. Este investigador concibió los cambios en América Latina como procesos de transición de sociedades tradicionales a modernas.

Transformación  impulsada por la  industrialización, urbanización, participación política y democracia.

En el marco de estos procesos de secularización,  no descartó la posibilidad de desviaciones de naturaleza  autoritarias. Y, no se equivocó,  la historia política Argentina, hasta hoy día , corroboró su predicción.

La lección fué rotunda. Modernizacion e industrialización no implican necesariamente securalizacion política.

El «bien democrático» no es una consecuencia de procesos económicos. Es sí, una conquista cultural y política que requiere de actores despojados de los viejos libretos políticos y comprometidos  con las nuevas demandas de participación política ciudadana.

Otra corriente de pensamiento muy en boga en la década de los sesenta y setenta fué la llamada teoría de la dependencia.
André Gunder Frank, Theotonio Santos, Fernando H. Cardozo, Celso Furtado, Ruy Mauro Marin fueron sus figuras más reconocidas y apreciadas por «los zurdos» en el continente.

Básicamente planteaban qué el subdesarrollo de los países pobres (periferia ), se debía a su inserción subordinada en el sistema capitalista mundial del cual se beneficiaban los países ricos (el centro).

Esta relación implicaba la transferencia de recursos, tecnología y valor desde la periferia al centro creando así pobreza y subdesarrollo en  los países periféricos.

Las medidas de políticas públicas diseñadas más sobresalientes fueron: proteccionismo comercial, sustitución de importaciones y sobrevaloración de la moneda. 

Perdió vigencia a finales de la década de los ochenta. Con prescindencia de su cortedad en el análisis y propuestas económicas, fué ineficaz en el escrutinio y diagnóstico de la práctica política.

De hecho, lo político y el poder no gozó de una consideración acorde con la importancia de estas dimensiones .

En Venezuela, con patrocinio del sector privado, se creó un instituto de formación empresarial y patrocinio de estudios y análisis de políticas públicas.

Centro de  Divulgación  del Conocimiento Económico para la Libertad  (CEDICE).

Ha patrocinado seminarios, encuentros y publicaciones en defensa de la iniciativa privada y el libre mercado. Es, visiblemente, un punto de referencia del pensamiento liberal en el país.

Cambio de «tercio». Una reflexión sobre la tolerancia y la intolerancia. A propósito de un supuesto despojó de la nacionalidad a líderes de la oposición democractica.

Tolerar es un componente sustantivo de toda cultura democractica.

Implica aceptar aquello que no me gusta y es un requisito ineludible de la práctica política en democracia.

*«Implica no activar mecanismos de restricción o censura contra prácticas o costumbres ajenas y reconoce el derecho a la diversidad y la coexistencia en igualdad de condiciones «.*

Lo contrario, (intolerancia ) es  signo de la  vocación autoritaria del régimen político.

No olvido, a propósito de recientes sucesos (imposición del Islam) en Francia, España, Inglaterra, Italia, Holanda, que está virtud cívica tiene sus límites.

Hay circunstancias que es legítimo preguntarse si es posible » tolerar a los intolerantes'».

Oído al tambor. A propósito del decreto recientemente aprobado por la Asamblea Nacional.
*«La nacionalidad por nacimiento es inalienable. No sé extingue por decreto y no se suspende por conveniencia del poder»*.

Es un Derecho Originario. No es una dádiva del Estado

Así lo pacta la Constitución de la República.

Definitivamente, la intolerancia es política de Estado.

*¿Quien tocará la lira mientras el país arde?*
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa
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