Nelson Acosta Espinoza
Venezuela 2 de noviembre del 2025

«Aunque usted no lo crea». No me estoy refiriendo  a un conocido programa o serie de televisión popular en décadas pasadas.

Tomo prestado este título para llamar la atención sobre ciertas conductas políticas referidas al ámbito universitario.

Lo sorprendente o increíble es el posicionamiento anti universitario de cierta autoridad rectoral.

Conducta que ponen en evidencia el desmoramiento de la institución y, en consecuencia, su imposibilidad de dar  cumplimiento efectivo con la misión que le corresponde como Casa del Saber.

Es triste y desalentador que nuestra universidad no haya podido escapar del desmadre institucional que está afectando la totalidad del tramado social y cultural del país.

Debo ser justo. Esta devaluación no es y no ha sido un fenómeno ocasional. Su pérdida de valor, como institucion que Crea, Transfiere y Aplica Saberes, ha sido una tendencia que ha estado expresándose desde finales del pasado siglo y se ha acentuado desde el inicio del presente.

Dos han sido los «virus» que han afectado y, hasta cierto punto, desvirtuado su misión.

El más relevante, ha sido priorizar la trasmisión (docencia) sobre la creación (investigación) de conocimientos.

Y, en segundo lugar, una desviación administrativa  acompañada de  la ingerencia político partidista en el nombramiento (elecciones) de las autoridades universitarias (Rector, Vice Rectores, Decanos, Directores, Miembros del Consejo Universitario y Consejos de facultad).

Desde luego, esta inclinación de colocarse de  espalda a los objetivos de la Academia, no siempre fué una constante. Tuvo altos y bajos en  correspondencia con la dinámica socio cultural del país.

En situaciones políticas alejadas del quehacer democrático supo hacer valer su voz cómo le corresponde a su altura institucional y máxima Casa de Estudio del País.

No hubo, en esas ocasiones, asomo de cobardía institucional.

Enfrentamos, hoy día, un doble daño. Uno asociado a su misión institucional y otro de naturaleza ética.

Mencionaré, unos hechos que describen el derrumbe de la ciencia que se cultiva  en las instituciones universitarias en Venezuela.

1) La precariedad económica ha minado la capacidad de los científicos para permanecer en el país.

2) Hemos pasado de producir el 5%  del conocimiento en latinoamerica a menos del 0,5% en consecuencia de la anulación deliberada de la producción científica a favor del control estatal y la ideologizacion.

3) Están emigrando un promedio de 400 a 600 científicos por año.

Estás cifras fueron proporcionadas por los Doctores Flor Pujol, Benjamin Scharifker y Jaime Requena, en el «Foro el Deterioro de la Ciencia en Venezuela».

Un ejemplo, el académico (investigación) qué muestra el deterioro de esta actividad  fundamental para el desarrollo del país.

Valores éticos que están siendo comprometidos en la actualidad:  -autonomia institucional.

-Conciencia critica y compromiso con los valores democráticos.

-Pluralidad, tolerancia y respeto a la excelencia.

Estos son los más relevantes,  están en riesgo y ameritan un pronunciamiento de la autoridad, en especial la Rectora.

El silencio no es lo apropiado y contradice el debido compromiso ético de la institución con su entorno y el país.

La autoridad universitaria debe elevarse sobre sus pequeñas urgencias y dar el frente ante una situación complicada cómo la que está enfrentando la universidad, la región y el país.

El acomodo conciliador no es lo que demanda este particular momento.

Por el contrario, se requiere, en el marco de esta devastación, una Universidad que ponga  un pie adelante y su Faro del Saber alumbre el camino a seguir.

Es urgente que la autoridad rectoral reoriente su discurso institucional por uno que se haga cargo de la actual complejidad, asuma sus deficiencias y recupere el prestigio empeñado.

Sin comprometer o intercambiar dignidad por ofertas materiales circunstanciales.

Los universitarios, la comunidad  exige y lo espera.

Es una obligación ineludible.

Esperamos, así lo perciba la comunidad.
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