Observo las meteduras de pata del Gobierno actual, y, dentro de lo que cabe, no me sorprende, puesto que tienen por presidente al conocido internacionalmente como: Mr. Handsome, que, traducido, sería: «Señor elegante».

Este apelativo, muy merecido, hay que ser justo y reconocerlo, es de las escasas virtudes que le encuentro a Pedro Sánchez. Otra, y ya no le veo nada bueno más, es que habla el idioma inglés con soltura.

Pero no se debería elegir como presidente de la nación, a un varón que sólo es elegante, y habla algún idioma. España necesita a gente competente para dirigir y administrar la cosa pública, aunque pudieran ser feos y faraguas. Lo del idioma tiene arreglo, si es que no se habla en una lengua conocida, puesto que, para eso, está el increíble cuerpo de traductores.

Pedro Sánchez, tiene otro gran inconveniente, entre muchos otros: sólo sabe conseguir lo que pretende, poniendo zancadillas o haciendo trampas. Y otro terrible fallo en Pedro Sánchez: carece de mentalidad demócrata, además de estar obsesionado con el poder, al que ama con apasionamiento, diría yo que una pasión enfermiza, puesto que prescinde de un ejercicio democrático y deontológico del poder, para engañar y engañarse, aferrado a la poltrona.

Nadie, con un mínimo de amor hacia España, y mediana y verazmente informado, debería seguir apoyando a este Gobierno y a su presidente, a no ser, y se puede llegar a comprender, que esté sacando algún tipo de beneficio o soborno, con tal de que siga brindando su apoyo a la nulidad presidencial en persona, representada en Pedro Sánchez Pérez-Castejón.

Mr. Handsome, y su política de vivir de las rentas europeas, nos está saliendo caro a los españoles, porque, sólo bajo el mandato presidencial de Sánchez, ha subido la deuda exterior de España, medio billón de euros, sumada, aparte, a la deuda que ya existía. Esta deuda no la vamos a poder pagar en dinero, nos la tendrán que condonar, a cambio de que seamos dirigidos en nuestra política, y en nuestros intereses nacionales, que no tienen por qué representar los intereses de nuestros vecinos e interventores, por lo que, los mismos, van a adoptar medidas que podrían no gustarnos, en absoluto, puesto que lo único importante para estos que nos prestaron el dinero, es recuperarlo lo antes que puedan.

Estamos hablando de una pérdida de soberanía, sin precedentes.

Por otro lado, no olvidemos que las intenciones de este traidor a la democracia son, claramente, la de establecer una dictadura de su persona, con el apoyo de toda la izquierda española. En este punto, debemos advertir que la consumación del mandato dictatorial de este señor, podría desencadenar otra guerra civil, puesto que dudo bastante que una parte significativa del pueblo español, se arredre a ser humillado y marginado, por una izquierda exaltada y radicalizada, como vemos que se exalta y radicaliza cada día más, sin que a Pedro Sánchez le importe lo más mínimo, puesto que, muy al contrario, asume este discurso esclavista de la izquierda más radical, con tal de comprometer su apoyo para no bajarse del trono, pase lo que pudiera pasar.

Sería muy bueno que, los demócratas españoles, fueran del bando político que fueren, se unieran y formaran piña, para defender la democracia, que ya tendrían tiempo de enfrentarse en las Urnas Electorales. De otra manera, es decir, si la izquierda demócrata decide seguir apoyando ciegamente, al que pretende dar al traste, precisamente, con la democracia en España, no puedo sino vislumbrar pésimos augurios, para la nación que consiguió traer la democracia a un país, como España, que siempre la buscó, y que nunca había encontrado la fórmula para democratizarse, en paz y concordia.

FRAN AUDIJE

Fotografía Juan Luis Guedejo

Madrid, España, 6 de noviembre del 2025.

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