«*SOLUCIÓN FINAL DEL AUTORITARISMO*

Nelson Acosta Espinoza

La solución final.  Este fué el término usado por la Alemania Nazi para calificar el exterminio de la población judía en su territorio y la existente en los países invadidos.

Práctica  también conocida con el término de holocausto.

Implicó la eliminación física del 90% de la población judía en Polonia y dos tercio de la europea.

Actualmente el Estado de Israel ejecuta la » solución final» sobre la población palestina.
Ironías del destino. El facismo no tiene nacionalidad.

La inició con la destrucción de la infraestructura civil en Gaza y pretende ubicar a la población civil en campos de detención .

Hospitales, iglesias, casas, museos, mezquitas, industrias, universidades han sido demolidas con la clara intensión de forzar  la población de la Franja abandonar sus  tierras y posesiones.

Lo trágico. Estas políticas se  practican bajo la complicidad de instituciones de la comunidad internacional.

El ejemplo más notorio en la actualidad es el de Sudan.

Genocidio que ocurre ante los ojos indiferentes de la comunidad de naciones. Hasta el momento, no  han producido un pronunciamiento y acciones contundentes a tono con la magnitud de esta tragedia.

Este «autismo» o sordera  está invadiendo  campos institucionales en nuestro país.

«Silencio cómplice» que ha comenzado hacer acto de presencia en  esferas sociales y políticas.

Desde luego, no son homologables al mutismo que he señado. Su naturaleza es distinta y corresponde a momentos culturales y políticos distintos.

Estamos siendo testigos de la puesta en práctica de iniciativas discriminatorias.

No son de naturaleza racial ni religiosa.

Tampoco de índole cultural ni obedecen a reivindicaciones asociadas a la defensa de identidades regionales (Zulianidad, Valencianidad, Andinidad, por ejemplo).

Su naturaleza
corresponde al  discurso oficial que busca escindir a los venezolanos» en dos grupos: «patriotas y escuálidos», «revolucionarios» y «enemigos de la patria «.

Relato que ha sobrepasado las   rutinarias intimidaciones que usualmente pronuncia el poder ejecutivo.

Las han profundizados.  A las habituales amenazas  han añadido el despojo de la nacionalidad a opositores y  la aplicación de medidas punitivas (Ley Orgánica Libertador Simón Bolivar) a personas que emitan opiniones a favor del supuesto «bloqueo» a que está siendo sometido el país.

Estamos  presenciando la «solución final» a la cultura liberal y al ejercicio de las libertades individuales.

Debemos recordarles a los usurpadores *«no es la tribu la base de una posible moral pública, sino la aceptación por parte de cada individuo de su condición de ciudadano»*.

No puede ser malo, recuerda Victoria Camps, pedirle al individuo que lo sea de veras «*que no deserte de su libertad ni renuncie al don, estrictamente humano, de hacer de su vida un proyecto creativo»*.

Definitivamente, no es el partido y mucho menos el gobierno el punto de partida de la moral pública. *«Es la aceptación por parte de cada individuo de su condición de ciudadano*».

Ser ciudadano y asumirlo en su complejidad.

*Esta sí, es la ,»solución final» al autoritarismo y, en consecuencia, al advenimiento de la democracia ciudadana*.
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa
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