Por el Profr. Juan Pérez Medina
Quintana Roo 16 de noviembre del 2025
Ayer domingo 15 de noviembre marchó la Generación D. No fue como se mencionó hasta la bastedad, la llamada Generación Z, quien en voz del administrador de la página de esa tendencia social juvenil, negó que ellos estuvieran al frente de tal convocatoria y que hizo que la manifestación estuviera muy lejos de los pronósticos de los detractores del gobierno.
Los miles de bots retuiteando y llenando las redes con el llamado a asistir, acompañado de una sobredosis de odio contra la presidenta, la Cuarta T y el partido morena (que parecen lo mismo, pero no lo son), quisieron cargar sobre los jóvenes su clarísima intención de desestabilizar el país y echar, por las malas, al gobierno que les ganó y con mucho, las elecciones en 2024.
Pero la verdad está cargada de evidencias ante la presencia de bots incitadores de dentro y fuera del país. Otra vez la ultraderecha de aquí y allá, regenteada por los estados Unidos y su jerarca imperial Donald Trump, acicatean la inestabilidad del gobierno federal con su política injerencista, para tumbar a la presidenta Claudia Shembaum Pardo y cruzar la frontera del Río Bravo, bajo la consigna Trumpista de controlar a los países de América Latina y, naturalmente, hacerse de lo que más les importa: sus recursos naturales, sobre todo energéticos, que se disputa con China y Rusia; pues México es el dique opositor principal en ese sentido.
Los verdaderos convocantes estuvieron ayer presentes, observando y estimulando la violencia que les de un muerto o dos o más, que les permita acusar al gobierno y abalanzarse encima, convocando a la población a ir por la presidenta y su gobierno y lograr que el imperio de la barbarie los regrese de donde los echó el pueblo mexicano en 2018. Vicente Fox, Alejandra de la Vega, Lily Téllez, Ricardo Anaya, “Alito” Moreno, Diego Fernández de Ceballos, Xochitl Gálvez los “latinus”, Tv Azteca, Televisa, Atipical, Juan José Rosales y muchos más, para los cuales este país no es más que el espacio en donde viven para robar; es decir: para vivir a costa de los demás, como están acostumbrados, rodeados de lujos y riqueza.
La generación D, lo volvió a intentar, como lo intentó en el gobierno de AMLO sin éxito. Su penúltima acción fue el movimiento de la denominada “Marea Rosa”, los mismos actores y los mismos intereses, que estuvieron hoy detrás de la marcha que denominaron de la Generación Z.
Esta marcha de ayer, que igual concitó la presencia de jóvenes y personas bien intencionadas, al mismo tiempo que participaban los grupos políticos de derecha, las organizaciones civiles y religiosas de esa misma tendencia, grupos de choque y hasta delincuentes pertenecientes, según un reportero del programa de Julio astillero, cárteles del narcotráfico; éstos últimos encargados de generar la violencia y los principales artífices de la provocación contra Palacio Nacional.
La generación D fracasó otra vez. Su falta de tino político y desesperación ante la pérdida del poder ha hecho hasta hoy que no logre acertar en sus estrategias y espero que así siga por el bien del país.
Pero también es un hecho que lo sucedido ayer es también responsabilidad del mismo gobierno quien no ha querido encausar el rumbo por donde debe.
Debajo de la presidenta se regodean el poder que se dice combatir, las políticas locales -y también nacionales- son, en primer lugar, anti labórales, a pesar del incremento a los salarios mínimos. Está todavía el necesario deslinde ante el charrismo sindical y las corporaciones de ese tipo controladas por dirigentes venales, cuya característica es cambiar de piel como las víboras según el signo gubernamental; la legalización de la precarización y la incertidumbre laboral, el estancamiento de los sueldos profesionales, las magras pensiones privadas y los ataques permanentes a los contratos colectivos y la oposición a las agrupaciones sindicales democráticas en resistencia desde hace décadas. La inexistencia de una política de apoyo al campo que claman por precios justos, que los gringos impiden ante el acuerdo agropecuario del Tec-Mec, y que la Presidenta parece no querer defender, sacando al maíz y al frijol de ese acuerdo y, sobre todo, la terrible violencia que está generando el crimen organizado, que secuestra, roba, extorsiona y mata, y que se ha convertido en justa bandera de los indignados de la marcha de ayer, (que no la principal, pues lo que se escuchaba eran mentadas de madre a la presidenta), y que se ha ido acrecentado día con día.
Pero también está el desempeño de los gobernadores y las gobernadoras, los presidentes municipales y los representantes populares de morena, que gobiernan y se comportan como si fueran prianistas, algunos, incluso, se esmeran en hacerlo todavía mucho peor.
Antidemocráticos, gobiernas los primeros como virreyes y los segundos como encomenderos, ya sea por su cuenta o a manos del narcotráfico.
Son estos un gran lastre que arrastra a la Presidenta y con ella amenaza en llevarse al propio gobierno y, en consecuencia a su partido. A esos que menciono que están con ese empeño no les preocupa en lo más mínimo, pues acostumbrados están a abandonar el barco que han hundido para llegar al que lo está supliendo. Y si no, échenles una mirada a los gobiernos estatales en turno. El de Michoacán, Nayarit, Campeche, Zacatecas y Guerrero son los más aventajados en este sentido y tiene a sus entidades sumidas en la ingobernabilidad, la corrupción, la violencia y la zozobra ciudadana.
Aún se está a tiempo para realizar una profunda autocrítica a lo que está ocurriendo en la Cuarta T; este es el momento de realizar cambios profundos y no sólo de personas, sino de carácter político, social y económico. De no hacerlo, las consecuencias serán desastrosas para el país. Creo que se debe ser mucho más firme ante el gobierno de Trump y fortalecer muchísimo más las relaciones con los países latinoamericanos en términos políticos y económicos, si bien no hasta donde lo planteo Chávez en su momento, pero si dar pasos a la integración económica del sur ante la agresividad del norte.
Y, finalmente, considero que es indispensable, llevar a revisión las concesiones con que cuentan los monopolios de la comunicación, pues hasta hoy, son los que encabezan mediáticamente, la ofensiva de la derecha en contra del pueblo y eso se debe analizar, a la luz de las leyes que nos rigen y del interés nacional.
La marcha violenta de la generación D (Generación de derecha) fracasó, hoy, pero el gobierno no debe hacer como si no pasara nada. Y, si no es él, entonces nos toca a nosotros los trabajadores y trabajadoras del país.
Nuestro deber es organizarnos para detener la derecha fascista donde quiera que esté, incluso, como ocurre ahora, esbozada de izquierda, en algunos sectores del gobierno de Claudia Shembaum Pardo.
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa
#unidadparlamentaria#upr#Juan Pérez Medina.
Descubre más desde REVISTA UNIDAD PARLAMENTARIA
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
