España vive, probablemente, alguno de los momentos más oscuros de su Historia, merced a un clan político de descerebrados, encaramados en lo alto del poder español.
Nos parecía complicado que la demencia política alcanzara el poder, pero lo ha logrado de manera insospechada y sorprendente, a través de personajes que lideran partidos de izquierda, utilizando un engañoso discurso de izquierdas, mera tapadera para lograr alcanzar el poder, y dedicarse a criminalizarlo. La situación no puede ser más demencial, pues.
Consta que las maniobras de colonización de los distintos estamentos de la Administración, y de emporios empresariales privados o semipúblicos, por la parte personal de Pedro Sánchez Pérez-Castejón, guardaban un sentido claro de acaparamiento de poder, con el fin de dar un golpe de Estado, subvirtiendo el estatus del Estado, de una democracia a un totalitarismo.
El Tribunal Supremo, que, tantas veces, hizo la vista gorda con la corrupción cabalgante que reinaba en España, ha decidido ahora, combatirla, con la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, como punta de lanza. Sin embargo, la reacción llega tarde, porque fue esa misma corrupción cabalgante, con la que se hizo la vista gorda, la que aupó a este sospechoso de padecer una psicopatía, al poder del Estado, en plena presidencia del Gobierno.
El modus operandi de Pedro Sánchez Pérez-Castejón, consiste en hacer los pactos que hicieran falta, fueran con quien fueren, con tal de escalar hasta el poder, primero, y, después, de mantenerse en el mismo. Por eso le ha dado igual, pactar con asesinos, con independentistas extremos, o de atraer hacia el negocio de la corrupción, y de los tratos fraudulentos, a toda aquella oposición díscola, pero que aparentaba algo de sentido común, y cierta moderación, como eran el PNV, o ERC.
Puede ser que terminen adelantando las Elecciones Generales, o que el capo-presidente dimita, cosa esta última improbable, dado el insano amor por el poder del tío Perico, pero ahí no acaban los problemas de España, que necesita con urgencia un reciclaje de toda su clase política, incluyendo a la actual alternativa al poder de nuestros días.
Las organizaciones políticas españolas, se han constituido en mafias, y funcionan como tales, alimentándose de los recursos del Estado, y haciendo uso de los mismos para cometer una variopinta clase de delitos, incluyendo violaciones de los derechos humanos de carácter, no grave, sino gravísimo, en las que podrían haber existido asesinatos.
Las investigaciones deberían ir mucho más lejos de lo que están yendo, y, si no lo hacen, es porque hemos perdido un tiempo precioso, en el pasado, dejando que se afianzara el crimen organizado en el poder del Estado, sin sospechar siquiera que podría abordar el poder un demente, acompañado de una camarilla de gente insensata, además de malintencionada, porque no tienen gran afecto por España, ni creen en un futuro de España como nación.
FRAN AUDIJE
Fotografía Juan Luis Guedejo
Madrid, España, 21 de noviembre del 2025
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