Nelson Acosta Espinoza

Venezuela 21 de noviembre del 2025

Ibsen Martínez (1951-2024). Fué escritor y guionista. Enrique Krauze,  Director de la Revista Literaria Letras Libres lo definió así. «

«*Hombre sensible, un poeta. Era un admirable escritor, manejaba con inmensa fluidez la literatura y el pensamiento de habla inglesa».*

Este intelectual llevó a cabo una peculiar lectura  antropológica de la dinámica socio cultural que se desarrollaba en el país. 

La percibió como el antagonismo entre dos identidades contra puestas: el pobre virtuoso vs. el rico opresor y en términos morales tradujo esta diferencia como un conflicto entre : humildes buenos y acaudalados malos.

A diferencia de la izquierda marxista, no estableció distinciones exclusivas en términos de  posición de clase, dió relevancia, igualmente, a las particularidades  de naturaleza cultural.

Esta apreciación, hasta cierto punto, fué una «herencia» proveniente de la cultura radiofónica cubana.

Era práctica usual en los libretos de sus radionovelas hacer hincapié en estas distinciones. Se enfatizaba rasgos físicos y sociales de los protagonistas: chica bella y  humilde y el galán buen mozo y adinerado.

Entre los «bodrios» más populares de la época se encuentran «El Derecho de Nacer», «Dios se lo Pague» y «Los Ricos También Lloran».

Todas, obedecían a un libreto similar y se esperaba despertarán las mismas esperanzas e ilusiones en sus humildes oyentes.

Me voy atrever a lanzar una hipótesis un tanto arriesgada. En la década de los noventa el país enfrentó una situación económica calamitosa que contrastó con los periodos de auge fiscal (la gran Venezuela) de décadas anteriores.

Alta inflación, crisis bancaria, aumento del desempleo y profundización de la pobreza.

Todo estos factores se conjugaron y produjeron los disturbios conocidos como » El Cáracazo».

En este marco y aunado a la perdida de credibilidad de la clase política dió como resultado que amplios sectores de la población comenzarán a pensar en «modo de telenovela».

El guión de «Dios se lo Pague»: la chica humilde (el pueblo) a la espera del joven apuesto ( oficial buen mozo) que la rescataría de esa situación de humillación y pobreza. Se hizo realidad.

*Llegó «el comandante y mandó a parar*».

El chavismo interpretó a cabalidad el «modo de telenovela». Las alocuciones semanales «Alo Presidente» encajaron en este modo.

Él era el «galan» portador de esperanzas y soluciones para sus admiradores (clientela). Una sola condición se le requería a su audiencia: sintonía con el programa (lealtad electoral).

La actuación o interpretación del líder era dramática y exagerada. El libreto, exigía escindir a los espectadores en dos bloques: patriotas vs traidores.
*Igualmente, trasmitir la creencia que lucrarse es innoble  y la pobreza es virtuosa. Está última «virtud» fué universalizada y afincada mediante la sustitución del salario por bonificaciones*.

Han sido dos décadas y media que el ‘modo telenovela»ha estado operando. Por fortuna ya muestra signos irreversibles de agotamiento. El libreto yá no le funciona y los actores no generan seguidores y, mucho menos, aplausos complacientes.

Este es otro país. Otra realidad y, en consecuencia, el libreto  y los protagonistas que se requieren han de ser ser distintos. Su diferencia deberá expresarse como una alternativa radical a lo yá experimentado.

Un breve comentario en relación al «conflicto»entre autoridades (Secretario y Rectora) de la Universidad de Carabobo. No tengo otra forma de procesarlo.
Seguiré el relato de Ibsen Martinez. Lo catalogare como «modo de telenovela».
*El país requiere de sus instituciones de pensamiento una conducta acorde con la complejidad de la situación que se está viviendo. 
Los conflictos de naturaleza burocrática se deben ventilar, en lo posible, internamente. No
policialmente.

Se daña a la institución involucrar a una instancia policial en desacuerdos entre autoridades universitarias.
*Así, no se vence a las sombras.*
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