*EL BRUJO DE  PIPE Y EL BOLICHICO SOCIALISTA*

Nelson Acosta Espinoza

Venezuela 24 de noviembre del 2025

Por el escenario público del país han desfilado una diversidad de personajes.

Actores que han  desempeñado papeles diversos de acuerdos a distintas  circunstancias políticas,  culturales y en concordancia con   requerimientos  éticos del momento.

Justo es reconocer que la administración de los fondos nacionales no ha estado exenta de la tradicional forma de malversacion o apropiación indebida del dinero público.

Cómo también se ha experimentado ejemplos de honestidad y un apropiado uso de las rentas nacionales.

Voy a ilustrar lo señalado mediante dos ejemplos. Su escogencia no implica la inexistencia de otros  eventos que ilustren casos de integridad, como también de picardía y apropiación indebida de los fondos públicos.

Los sucesos a los cuales haré referencia revelarán la fragilidad de las bases sobre las cuáles reposa la actual arquitectura política. Y, espero, proporcionen una ventana que permita avistar el futuro que se aproxima.

«El Brujo de Pipe». Con este señalamiento, en ocasiones usado con propósito irónico, se etiquetó a uno, por no decir al más prominente, de los investigadores científicos venezolanos.

Humberto Fernández Morán (1924-1999). Médico Zuliano, inventor del bisturí de diamante, instaló el primer reactor nuclear en el país. Creó el Instituto Venezolano de Neurología e Investigaciones Científicos Cerebrales (IVNIC) y dió inicio a la Biblioteca Científica de Latinoamérica.

Fue, igualmente, postulado a Premio Nobel en Medicina. Pero rechazó la nominación.

Estos fueron algunos de sus logros. Las mezquindades (las tradicionales) impidieron que pudieramos aprovechar  plenamente el talento y formación de este venezolano de excepción.

Las nuevas generaciones  extrañan su ejemplo. Máxime, en el marco del profundo decaimiento cultural y educativo a la que están siendo expuestos.

Los boliburgueses. Este termino se le acuña a una nueva casta que se está enriqueciendo con los dineros del estado en forma indebida e indecente.

Los bolichicos (con esta palabra también se les identifica) son numerosos.

En la V República se  multiplicaron y se enriquecieron con eficiente avidez.

Símbolos de la destrucción y  pérdida, nuevamente, de una oportunidad que generosamente nos brindó la historia.

Probablemente el ejemplo más emblemático y al cual la opinión pública ha tenido acceso es el de Francisco Convit Guruceaga. Nieto de Jacinto Convit, ícono de la medicina venezolana.

Este «bolichico» amasó una fortuna en contratos privilegiados durante el chavismo.

*Se le acusa en USA de integrar un esquema que lavó más de 1200 millones de dólares provenientes de PDVSA.*

Dos ejemplos (Fernández Morán y Francisco Convit) ubicados en extremos opuestos y representantes de dos Venezuelas radicalmente distintas.

El «brujo» y sus «brujerías» fueron ignorados. Los gobiernos democráticos le pasaron factura  por sus ocho días de pasantía como Ministro de Educación en la etapa final del régimen de Marcos Pérez Jiménez.

El «otro» mundo, el desarrollado no cometió esa insensatez.

Asumió la figura del Dr. Fernández Moran conjuntamente con su contribuciones al desarrollo de la ciencia y la tecnología.

Hoy día hospitales americanos y europeos disfrutan de las aplicaciones desarrolladas por este eminente Zuliano.

Estamos frente a un  ejemplo  contundente de la importancia que tiene el conocimiento y las instituciones que lo cultivan para  el desarrollo del país y el daño que ocasiona la ceguera política cuando desconocen ese rol.

Este no es un pronunciamiento  hueco. Su sentido corresponde a una urgencia de naturaleza histórica y a una necesidad impostergable.

El  coherente desarrollo de la institución universitaria (académico, administrativo, ético y propiciador de la coexistencia y respeto de distintas  formas de expresión) así lo exige.

Es el equilibrio apropiado para neutralizar conductas que cuestionen el ethos universitario y el democrático.

Ojalá, las autoridades nacionales entiendan el peso de nuestras demandas y actúen en lo administrativo (aumento de los presupuestos) de la forma apropiada.

Y las locales se comporten a tono con los valores y creencias que definen la identidad del Ser universitario.

Me permito recordarle, a ciertas autoridades olvidadizas a conciencia, cuál es el ethos universitario «*Conjunto de  creencias y principios éticos que definen la identidad y el comportamiento de una comunidad académica tanto en su funcionamiento interno como en su relación con la sociedad».*

La institución, el país  y el futuro  apreciaría su pleno compromiso con esos valores.

Son los que iluminaron al «brujo de Pipe» e históricamente han sido inherentes al quehacer de nuestra vida universitaria.

*Espero las sombras sean derrotadas y el sol de un  nuevo amanecer alumbre de nuevo a nuestra institución.*
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa
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