*«SEAMOS REALISTAS, PIDAMOS LO IMPOSIBLE «*

Nelson Acosta Espinoza

Venezuela 9 de diciembre del 2025

En el próximo año pudiera existir una ventana de oportunidad para ensayar una renovación en la estructura universitaria.

Postulo esta hipótesis en el entendido que en el 2026 se abriría un periodo de cambios a nivel nacional.

Esta atmósfera cultural  sería propicia para iniciar una revisión del tramado institucional de la universidad y eventualmente incentivaria el inicio de su reforma.

En este marco, pensar en una renovacion universitaria es plausible. El entorno, la favorecería y la autonomía universitaria  la facilitaría. Está por demás subrayar que nuestra institución con urgencia la requiere.

Se  necesita, desde luego, que la voluntad de cambio anide en las mentes de los involucrados.

¿Será eso posible? Aún no es lícito pronosticar.

*Apostaré a que esta necesidad aterricé en la «cabeza» de los actores implicados (autoridades universitarias ) y que la atmósfera de cambio los acogote.*

¿A qué tipo de autonomía me refiero? Aquella que favorezca la elaboración de propuestas que  propicien  iniciativas de carácter reformistas en lo académico y administrativo.
*«Sapientia aedificavit sibidomun».*
«
*La Sabiduría edificó aquí su propia morada».*

Esta máxima debería ser la guía de la renovación académica que se intenté  y, de tener éxito, debería quedar grabada en uno de los muros de nuestra ciudadela universitaria.

Dos tradiciones pueden servir de escenarios comparativos: la alemana,  «educación para la ciencia» y la norte americana, «cómo fuente de conocimientos racionales».

Menciono estas dos culturas como ejemplos y con la finalidad  que se comprenda: *es el cultivo del saber lo que diferencia la universidad de un grupo de presión, de un sindicato, de un partido político o de un secta ideológica.*

Esta condición, no siempre fué observada y es responsable, entre otras tensiones, (las presupuestarias) del decaimiento y la creciente burocratización que se observa en nuestra institución universitaria.

Finalmente. La autonomía garantiza el ejercicio de la libertad de pensamiento, como derecho de expresarla y enseñarla.

La universidad ha sido la institución que, hasta ahora, ha garantizado el ejercicio de este privilegio: el de la discusión metódica.

Hay que intentar la renovación académica para garantizar seguir ejerciendolo plenamente.»
*»Seamos realistas, pidamos lo imposible».
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