Hacía tiempo que no escuchaba a un rey de España, ni siquiera a un rey tan bien formado como Felipe VI, pronunciar un discurso tan comprometido con la democracia y el Estado de Derecho, como el que nos dirigió en esta Nochebuena de 2025, a los españoles, el sexto rey de España con el nombre de Felipe, heredero de una democracia que, como el propio rey defiende, merece la pena rehabilitar, tras un merecido paso por la enfermería, a donde la deberíamos acercar entre todos los españoles de buena voluntad.

Felipe VI, sin rodeos y en completa claridad, apela a los valores de la Transición, que nos sacó de una tiránica dictadura, para implantar un régimen de cordura, respeto de la legalidad, en una nueva España donde tuvimos cabida, por primera vez en la Historia, toda la diversidad de ideas y proyectos, de una España llena de talento e iniciativa, como el propio rey reconoce.

El rey de España, admite sin ambajes, la influencia de la Unión Europea en el desarrollo y el progreso de esa nueva España de la Transición, que ha sido completamente benigna e impulsora de una España mejor, más próspera.

Al mismo tiempo, el rey llama la atención sobre el cuidado que debemos tener, de valores fundamentales para no descabalgar del buen camino emprendido, como son la convivencia, basada en el respeto a los derechos de todos, sin olvidar los derechos humanos, donde hace un especial hincapié, y las formas y modos de tratarnos entre todos: las ideas propias nunca deben ser un dogma, ni las ajenas una amenaza, señala con un acierto monumental el rey Felipe VI.

Menciona con idéntica certeza, Felipe VI, el miedo de tantos españoles a que, distintas manos, puedan dirigir los designios de España. Pero, vuelve a recalcar, lo inevitable de dar cabida a otras opciones, cuando el camino se complica, y nuevos proyectos plantean soluciones, siempre con la claridad de no exceder las líneas rojas, que nos alertan del precipicio y el desastre.

Las reacciones a este, más que discurso, yo diría que charla amigable a los españoles, en el tono adecuado que emplearía un padre dirigiéndose a su hijo adolescente, han ido, desde el entusiasmo, hasta la condena y el desprecio.

Me consuela sobremanera, que los desprecios y condenas, provengan de aquellos que no creen en España como futuro compartido y aglutinador. Aquellos que viven de chuparle la sangre a todo el resto, esperando la mínima oportunidad para extraernos lo valioso, tratando de no aportar nada, son los que han escupido sobre las palabras de un rey de España, lleno de amor verdadero hacia la patria.

Una patria española, representada en todos y cada uno de los españoles de buena voluntad, según se deduce de esta magnífica plática de nuestro rey, Felipe VI, de España, que aplaudimos y agradecemos, desde esta tribuna libre e independiente.
FRAN AUDIJE
Fotografía Facebook
Madrid, España, 27 de diciembre del 2025
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