16 de abril del 2021

Editorial

La tarde de ayer se desató de nuevo una balacera en Aguililla, donde se vive una guerra civil. La violencia rebasó las estructuras del orden porque hay colusión entre las autoridades y el crimen organizado. Los delincuentes no podrían actuar si no hubiera permisividad e impunidad.

Así está casi todo Michoacán: El Aguaje, Chila, La Bocanada, La Cuchilla, Dos Aguas, Los Pozos, Tepalcatepec. En cualquier punto de Tierra Caliente todo está igual, hay guerra entre hermanos.

Es curioso que en un cártel esté un hermano y en el cártel enemigo esté el otro hermano. Estamos así porque el gobierno estatal permitió la corrupción, que los carteles hicieran justicia con su propia mano.

En Tierra Caliente no quieren partidos políticos corruptos, ni políticos bandidos. La sociedad puede cortar con esta historia.

La política es buena si hay hombres honestos, leales a la patria y a la integridad de cada individuo.

Ha llegado la hora de reconstruir el tejido social.