EL EGÓDROMO XXXIX

Por Luis Mac Gregor Arroyo

Fotografía de Free-photos en pixabay.com

hoyoblanco.com.mx

La que Llegó a las Estrellas: Ni Mary Pickford llegó tan alto con sus sueldos inalcanzables. Se acerca al Sol tanto que no se da cuenta cuando lo pasa de largo. Su porte sorprende, su memoria deslumbra y su rostro impoluto no deja espacio para los pucheros; aunque todos quisieran verle hacer uno. Como una explosión de fuegos artificiales subió a lo más alto, aún a costa de diseccionar, desintegrar y dejar peor que un fantasma a la inspiración de sus sueños. Ahora tiene nuevas ocurrencias todo el tiempo, si hace algo, no puede parar y sigue de corrido titubeante, es como un correcaminos sin dirección ni rumbo, pero que a cualquiera puede enredar en su madeja. El comensal, regresando de ir al baño, se topa con ella y ve como a velocidad apenas distinguible lo rodea, dándole vueltas, y casi a punto de atraparlo él brinca y se escapa a su mesa. Ella a veces sueña con aterrizar en la realidad y le ha costado no tener para comer. Sólo el tiempo dirá si en su desolada soledad encontrará consuelo para comenzar a pisar Tierra.


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